Si tienes a Júpiter en Casa VII, tu fortuna viene de tus relaciones; eres un agente de expansión y fortuna para todo aquel que te conozca.
Con Júpiter en esta casa la persona tiende a volverse más sociable y capaz de atraer beneficios debido a un mayor optimismo en las relaciones interpersonales. En el camino de su vida, pueden surgir varias oportunidades, asociaciones y personas que traen crecimiento. Sus relaciones, de hecho, pueden ser una fuente inagotable de desarrollo para su conciencia, donde usted adquiere experiencias que lo ayudan a comprender mejor el mundo que lo rodea, posibilitando formular valores más sólidos y su propia filosofía de vida.
Sin embargo, debe tener cuidado con las personas que tienen valores dudosos para no absorber comportamientos innecesarios. Si Júpiter está mal aspectado, las parejas en general pueden ser más tercas o perezosas, a veces derrochadoras.
A lo largo de la vida, Júpiter puede ayudar a crear conexiones más reales y conscientes con el mundo, reduciendo la distancia que lo separa de un amor imposible o una amistad significativa. También es propicio conocer personas con sabiduría interior que lo enriquezcan, dando lugar a un buen desarrollo en conjunto. Esta posición de Júpiter es buena para quienes tratan con estudiantes, clientes, pacientes y el público, hay más posibilidades de tener la ayuda de los anfitriones y estar protegido en las aventuras.
Para que sus relaciones traigan beneficios, debe utilizar su capacidad para extraer lo mejor del otro, buscando la corrección de la pareja para cultivar la salud de la relación. Además, debe tener cuidado de no sabotear la relación con sus propios comportamientos negativos, manteniendo siempre el equilibrio y la humildad.
Crear armonía, equilibrio y compromiso en las alianzas, uniendo todo lo que está separado pero que no debería estar es una de las claves del propósito de su vida. Con Júpiter en la séptima casa, la tendencia es que la diplomacia sea algo que suma en su vida, donde sabe exactamente qué decir y cómo decir lo que hay que decir. Sume eso a su encanto natural y hay más posibilidades de agradar a los grupos a los que perteneces, además de sentirse más cómodo de lo habitual al estar acompañado, cultivando relaciones más armoniosas.
