Selene es una diosa griega que representa la Luna y con ella, el espíritu mismo de lo divino femenino. Selene era un titán o una titánide, lo que significa que nació antes de la época del Olimpo y por lo tanto no pertenece a la generación de las divinidades del Olimpo, sino a la estirpe de dioses anteriores. Selene es la hermana de Helios, el dios del Sol, y Eos, la diosa del amanecer. Y en la mitología Romana corresponde a La Luna.
Según la mitología griega, la noche es provocada por una procesión vespertina encabezada por Nyx, la diosa de la noche. La siguen Héspero, el dios de la estrella vespertina y finalmente la diosea Selene… con su túnica ondulante formando una Luna creciente que se arrastra por el cielo mientras cabalga.


Selene a menudo se considera un arquetipo de la diosa triple, pero no hay que confundirla con Hécate. La Triple Diosa Lunar, representa cada una de las etapas de la mujer y además, tres fases lunares distintas: La Doncella (Luna Creciente), la Madre (Luna Llena) y la Anciana (Luna Menguante).
“Con el tiempo, Selene ha llegado a ser aceptada como el aspecto de la Madre de la trinidad Doncella – Madre – Anciana”
Y como dije antes, a menudo confundida con la diosa Hécate, pero Hécate es vista como el arquetipo de la Bruja, una matriarca firme que te guiará desde la oscuridad con un poco de amor duro y el enfoque de Selene como Madre es muy diferente. La diosa Selene es tranquila, comprensiva y te consolará con el sueño y te guiará suavemente a través del simbolismo en tus sueños y la importancia de respetar los tiempos marcados por los ciclos de cambio.
Si bien Selene no es una figura muy destacada en la mitología griega, ciertamente desempeña uno de los papeles más importantes. Según algunos mitólogos, el trabajo de Selene es surcar los cielos en su carro plateado tirado por pegasos para iluminar el cielo con el resplandor de la luna cada noche.
Antes de cada vuelo, Selene se baña en las aguas de Océano, rociando rocío fresco sobre la hierba mientras bendice la tierra con el anochecer. Los griegos creían que sin Selene, la luna no brillaría. Según lo que sabemos ahora sobre los ciclos de la luna y su impacto en la Tierra, está claro que Selene es una diosa realmente importante.


En uno de los relatos más puros y desgarradores de la mitología griega, se decía que el mortal más hermoso de todos era el pastor Endimión. Cautivada por su belleza, la Diosa Selene se enamoró perdidamente de Endimión en el primer momento que lo vio y lo amaba tanto que deseaba que siguiera siendo tan perfecto para siempre que cuando Selene pidió que se cumpliera su deseo, Endimión estaba durmiendo plácidamente, y allí se quedó por toda la eternidad.
“Si bien Selene podía visitar a su amante, verlo y tocarlo, pasaba las noches lamentando su falta de conciencia. Noche tras noche, la diosa de La Luna visitaba a Endimión para vincularse con él en su sueño”
La conmovedora historia de la diosa Selene resuena con muchos de sus seguidores, ya sea que trabajen con su energía o que estén vinculados a ella de nacimiento (nativos del signo Cáncer de Sol o AC). Aunque Selene no es exactamente una diosa del amor, sí está directamente asociada al romance que se mueve como las olas de nuestras aguas internas. Selene cree que el amor puede superarlo todo, sin importar las circunstancias... Su corazón sin duda es mucho más suave que muchos de los otros titanes, lo que la hace vulnerable a la angustia y el dolor. De alguna forma atrapada en las memorias y lamentando la pérdida de su amor, que está tan cerca pero tan lejos… ella lleva la carga del dolor y la soledad.
A veces, maldice a Afrodita/Venus por atar a dioses y mortales por igual a la agonía que trae consigo el amor, que termina en casos de angustia o muerte.


Lamentablemente, la diosa griega Selene está destinada a estar perpetuamente sola. Sin embargo, esto no la endurece. A diferencia de otras deidades que se vuelven menos humanas a partir de sus experiencias, Selene simpatiza con todos los que sufren una situación similar. También podemos interpretar las fases de la luna como un símbolo de constante transformación. Selene nos enseña la lección de adaptarse a las siempre cambiantes fases de la vida y afrontar lo inesperado con calma. Es importante recordar que esto incluye tanto las fases oscuras como las claras.
Si bien se describe a Selene con cuernos de toro, esos cuernos o corona representan luna creciente, con las dos puntas de la media luna alcanzando los cielos. Se dice que los cráteres de la luna se formaron después de una calamitosa batalla con el gigante Tifón, quien arrojó ganado a la diosa Selene.
Se hace referencia a Selene como el Ojo de la noche que todo lo ve, por lo que no nos sorprende que la Luna sea un símbolo de la intuición profunda.