No hay magia sin alteración de consciencia.

Por: Stefanie Peláez

Considero importante tocar este tema, debido a la constante manera de cuestionar si la magia y lo sutil es real, si podemos conectar con otros planos, con entidades, seres, dioses o sólo se trata de un invento de los soñadores o una idea romántica y fantástica.

La mística siempre ha sido un tema que se cuestiona porque no se termina de entender… después de todo se trata de la actividad espiritual que aspira a conseguir la unión o el contacto del alma con la divinidad por diversos medios… lo que en definitiva no es algo que nazcamos entendiendo y es peor aún cuando queremos entender basándonos en lo que dice el libro o lo que cuenta la gente.

Nos encontramos entonces con la problemática de bandos divididos en los que los grupos opuestos expresan “su opinión” o más bien sólo repiten de lo que están convencidos por todo lo que han escuchado o leído… pero muy pocos opinan desde la percepción de su propia experiencia.

“Es muy fácil opinar o juzgar… pero es muy diferente buscar el entendimiento a través de la experiencia… allí es donde prácticamente queda un campo vacío y poco explorado”

Así que… cuando se trata de energía, magia y conexiones de este tipo no es algo que precisamente tenga que ver con la fe, con la que vamos a esperar que todo funcione bien y si no funciona diremos que así lo quiso Dios, Universo o el encargado del asunto… menos nosotros.

Cuando hablamos del trabajo mágico, las cosas funcionan o no. En el primer caso es porque logramos unir los puntos adecuadamente y tenemos la apertura de consciencia necesaria; en el segundo, simplemente no entendimos nada, estamos cerrados y nos hacen falta piezas o conexiones.

Es por ello que todos los magos, brujas o hechiceros de la historia siempre han sido o al menos fueron considerados LOS SABIOS del lugar… eran y son a aquellas personas a las que se acude cuando no se encuentran respuestas o soluciones a los problemas de la vida. En la actualidad si se tiene la suerte de conocer a un sabio de este tipo, posiblemente sea la última opción a la que se acuda, después de haber probado de todo. Cuando en la antigüedad era a la primera persona a la que se acudía… y la razón por la que ahora son la última opción, es debido a que prácticamente ya no existen sanadores, curanderos, sabios, oráculos o magos… no al menos en su forma más genuina. Y quizás los pocos que existen prefieren pasar desapercibidos.

Se visitaba a la vieja del bosque, a la mujer u hombre medicina, al chamán, a la bruja, al oráculo… a aquella persona que se disfrazó de boticario para no ser quemado… 

A lo largo de la historia, estas personas han sido llamadas por muchos nombres: chamán, sanador, hechicero/a, adivino, sacerdote, sacerdotisa. Y el equivalente moderno de este “rol” ahora quizás llevaría otros nombres como: médico, psicólogo, coach, reikista e incluso artista… porque la magia es un fino arte.

Pero sinceramente el concepto de ese hombre o mujer medicina, del sabio o mágico, se ha ido extinguiendo en su esencia… debido a que no hay una conexión real y como resultado tenemos una gran lista de charlatanes que no le han dado buen nombre al magnifico arte mágico.

La función principal del Mago o Bruja o esa persona que trabaja con la magia, es transformar la realidad a través de un CAMBIO DE CONSCIENCIA. Y aquí cabe resaltar entonces que solo el verdadero mago parte de la premisa de saber que debe cambiar la propia conciencia primero, para lograr y promover un cambio en la realidad que lo rodea a través de esas conexiones infinitas, de los planos de consciencia o dimensiones interiores que al final resultan construyendo la realidad.

El mundo es uno y está íntimamente interconectado, las transformaciones de cada uno producen cambios en el mundo, y los cambios del mundo también nos transforman. En esto se basa la energía “mágica” que representa el practicante de magia.

Y hoy creo considerable tocar el tema, porque en la sociedad moderna, a veces o casi siempre una sociedad lejana a esos momentos de magia y conciencia interior, podemos o debemos, según mi opinión, encontrar aquello que nos ayuda a entrar en contacto con lo más profundo de nosotros mismos, y despegarnos por un rato de la visión mecánica y materialista que habitualmente guía nuestras horas y días…

“Porque así es como nos va pasando la vida en vez de nosotros hacer que pase”

No importa qué vía o ruta elija cada uno… cada persona encuentra su propio estilo y en realidad si hablamos de la espiritualidad, se trata de algo que se vive a través de TODO, PORQUE TODO ES MAGIA… solamente somos nosotros quienes elegimos no darnos cuenta. Así que para algunos será la música, para otros la meditación, la jardinería, el baile, el arte del silencio, el trabajo con platas sanadoras o psicodélicas quizás… ceremonias elaboradas de alta magia o tal vez el rezo diario al dios predilecto. Cosas sencillas pero importantes, como cocinar para la familia, escribir en un blog y por qué no… hasta crear contenido para redes.

“Lo importante es poder percibir qué le pasa a nuestra forma de ver cuando accedemos a esos estados de consciencia mientras hacemos lo que hacemos y cómo esto modifica, de manera muy concreta, nuestra realidad”

¿Estamos contribuyendo al caos o a la armonía?

Un error terrible es creer que lo sagrado está “más arriba” en vez de reconocer que se encuentra en el corazón de todo: la sociedad, la Tierra, el cosmos Y PRINCIPALMENTE EN NUESTRO CORAZÓN. 

El trabajo del practicante de magia, es comprender esa conexión entre lo micro y lo macro, entre la realidad de una persona y el sistema que la rodea y haciendo consciente esa relación, dar lugar al surgimiento de nuevos escenarios.

¿Entienden o perciben la profundidad?

El mago como el Arcano del Tarot…  es esa persona que toma sus herramientas (los cuatro elementos) y los utiliza… y además entiende que para transformar la realidad es necesario un cambio de conciencia. Porque solo cambiando nuestra propia conciencia primero, podremos transformar el entorno. 

“Nuestras transformaciones producen cambios en el mundo y viceversa”

Un buen Mago procurar estar siempre en contacto con la gran visión, con el problema que desea resolver, con el impulso que nos mantiene vivos y mantiene viva su creación…  las personas que desarrollan esta energía canalizan su visión y su inspiración pero no se quedan en los asuntos de la fe, de creer y esperar a que ocurra… en cambio, hacen que pase; van a lo profundo, atraviesan la nebulosidad, encuentran su Luz interior, la reconocen, la toman y la traen consigo. Luego inician el viaje de vuelta, tocan suelo y le dan cuerpo y ánima a sus creaciones en la vida cotidiana. 

Y para lograr esto, es necesario entender que solo podemos conectar con la fuente si hallamos el camino espiritual que es verdaderamente nuestro. Buscando siempre ser la mejor versión de nosotros mismos, para que esa mejor versión sea la que construya día a día la mejor versión de la realidad. 

A lo que quiero ir con todo esto es que, al final de cuentas muy en el fondo, si quieren… todos creemos en la magia o queremos creer… incluso aquel que lo niega y busca el respaldo que compruebe o valide lo ocurrido, en realidad posiblemente sea el más interesado y es por eso que busca como entenderlo todo. Por que al final del día la magia no es solo creer que sucederá, sino hacer que pase, entender cómo lo haremos y eso… eso es haber entendido las leyes de La Creación.

Así pues, resulta… que NO HAY MAGIA SIN ALTERAR LA CONSCIENCIA… ESTO ES UNA REGLA.

Y eso no quiere decir que todos tengan que consumir plantas maestras o psicoativos y sustancias en psicodélicas. En realidad hay muchos estados identificados como alteraciones de la consciencia que practicamos incluso involuntariamente… como cuando soñamos, cuando estamos sumamente excitados (esta es la razón por la que el sexo es tan poderoso)… pero también en estados de ira, de depresión, euforia, meditación profunda, trauma, psicosis por falta de sueño o por desequilibrios químicos.

Obviamente podemos acceder a estos estados alterados de forma voluntaria… por ejemplo a través de ciertas técnicas como la meditación, respiración, ayuno, drogas, alcohol y sustancias psicoactivas o psicodélicas. Todo dependerá de la consciencia y la intensión de cada persona.

Y si lo vemos desapasionadamente o sin emitir juicio, TODO ES VÁLIDO… el tema es cómo hacemos uso de dicho estado alterado… si lo hacemos para encontrarnos o perdernos, para activar nuestro poder o anularlo… Para despertar o para sedarnos y dormir aún más.

Es necesario alterar la consciencia por el simple hecho de que, pretender crear una realidad propia o vivir conscientemente no es posible si nos limitamos al mínimo de nuestra percepción de dicha realidad. Quedándonos con toda esa serie de situaciones que alguien más dice que son o deberían ser. Sólo apegándonos al rol, al papel, al plan establecido previamente sin que hayamos podido elegir o al menos entender que vivir es ser plenamente consciente del 100% de la realidad y no solo de ese 0.0035% que nuestros ojos nos permiten.

Saber que nuestros ojos no están diseñados para ver todo lo que hay, que en realidad hay “todo un mundo secreto que no vemos” porque está más allá de la capacidad evolutiva de nuestros ojos… quizás porque los ojos no pueden ver más allá de lo que “creemos que es real” y así podemos definir el concepto de que realidad es aquello que nosotros consideramos como verdadero porque lo vemos. Pero hay que saber y aceptar que no siempre la información que llega hasta el cerebro, a través de nuestros sentidos, es un reflejo fiable de la realidad que claramente puede estar distorsionada en su origen.

Las ilusiones ópticas son un ejemplo claro de que muchas veces los sentidos nos engañan, aunque estos engaños nos son voluntarios y varían dependiendo de la persona.

De una u otra forma, quiero decir con esto, que tanto para el practicante de magia como para aquel que desea cambiar su realidad o mejorar su vida sin tener que ser aficionado a los rituales mágicos con pentáculos jajaja…

“la alteración de la consciencia será necesaria para poder acceder a ese plano de la misma consciencia en el que podemos conectar con la fuente” 

Alterar nuestra consciencia es abrir la puerta y atrevernos a ver qué hay más allá de lo que apenas conozco.

Así que les dejo una invitación para que busquen diferenciar, si es que creen estar en el camino del Mago… cuestiónense si están conectando con su poder y poniéndolo al servicio de una mejor realidad o no…

EN POSITIVO Y ASUMIENDO EL PODER:

  • Abraza el fluir, soltando el miedo y la inseguridad.
  • Confía en el propósito de cada momento, desde la aceptación y la esperanza.
  • Practica la gratitud, celebra cada pequeño avance del proyecto. 
  • Encuentra la oportunidad donde casi todo el mundo encuentra problemas.
  • Transforma la oscuridad en luz con todos los medios a su alcance: la contemplación, el rezo, la meditación, la visualización y sobre todo, el amor.
  • Sabe pedir claramente lo que necesita, aprende a comunicarlo sanamente.
  • Se siente merecedor de una vida bella y abundante, celebrando la vida todos los días.
  • Recuerda, cada vez que puede, que las oportunidades de crecimiento, conexión y disfrute son infinitas.
  • Es constante e su práctica y conexión.

EN NEGATIVO Y DESEMPODERADO:

La sombra de un Mago o Bruja es una de las más temidas, porque puede hacer mucho mal a otros y principalmente, a sí mismo… e incluso ni saberlo.

  • Manipula
  • Se cree el mejor 
  • Es maltratador, con otros y consigo
  • Es hipócrita 
  • Vive desde el victimismo
  • Busca el drama y se alimenta de ello para sentir que tiene un propósito de martir.
  • Es inconstante
  • Es cerrado y cree que sólo lo suyo le sirve

Dicho esto, ahora díganme ustedes…

¿han alterado ya su consciencia o están esperando que por acto de fe suceda el cambio de su realidad?

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