Sanando el dolor emocional

En el post anterior sobre el “Dolor Emocional” les mencioné que aún había mucho que compartir respecto al tema… así que este post estará dedicado a los pasos a seguir para empezar a aliviar y sanar el dolor emocional.

Recapitulemos brevemente…

El dolor emocional es esa pequeña herida que tenemos y que sufrimos en nuestro interior y que si no es atendida correctamente, nos puede provocar el padecer o sufrir una serie de alteraciones o trastornos a otros niveles de nuestro cuerpo.

Quien padece dolor emocional puede presentar síntomas como:

  • Dolores de cabeza y en ocasiones incluso puede llegar a tener migrañas recurrentes. De hecho, el dolor de cabeza esta asociado a procesos emocionales que no se han atendido adecuadamente.
  • Otro síntoma muy común y que suele pasarse desapercibido es el dolor generalizado en todo el cuerpo, la sensación de sentir dolor en todos los huesos y los músculos del cuerpo.
  • Problemas estomacales, dentro de los más comunes está el dolor de estómago y además se suele tener mala digestión. Si el dolor emocional está muy arraigado en la persona, se podría incluso, llegar a sufrir náuseas y vómitos sin ninguna causa aparente.
  • Cansancio constante que no precisamente esta ligado a la actividad diaria, sino a la baja energética que se produce mientras se intenta sostener en pie mientras se trata de lidiar con el cúmulo de emociones.
  • Por otro lado, un síntoma muy característico es el de la alteración en el sueño. Un insomnio que poco a poco se va afianzando, llegando a sufrir verdaderos trastornos en el sueño haciendo que prácticamente que el descanso sea casi inexistente… lo que lleva a la persona a aumentar el cansancio que luego va produciendo un gran desgaste.
  • Lo que nos lleva al síntoma de la ansiedad, que aparece como resultado de no dormir correctamente y arrastrar el cansancio de forma prolongada.

Como podemos ver… es una lista de cosas bastante incómodas y desagradables, con las que prácticamente la vida se hace pesada y molesta no solo en el interior sino cuando se trata de relacionarnos e interactuar con los demás.

Si bien el proceso de cada persona es diferente y el alivio de cada uno tomará el tiempo correspondiente a las heridas de cada persona… también es importante saber, que según el compromiso que asumamos con nuestra propia sanación y cuánta dedicación le pongamos, así veremos más o menos resultados.

Así que la intensión de este post, es proporcionar una serie de pasos que para mí han sido claves importantes para todo proceso de recuperación emocional.

¿Me acompañan un rato más?…

Reconocer cómo te sientes

Es una sensación muy desagradable, pero negarlo no hará que desaparezca, incluso puede agravar la situación. Este prácticamente es el inicio que garantiza el éxito… el poder reconocer lo que sentimos nos permite aceptarlo. Y es que al final no sirve de nada negar o evadir el hecho de que la estamos pasando mal, si de todas formas es un hecho que lo estamos experimentando. Así que se trata de ponerle nombre y apellido, llamar las cosas por su nombre y hacerle frente.

“Deja de decir que estas bien cuando NO LO ESTÁS y afróntalo”

Al principio será sumamente incómodo, posiblemente se sienta aún peor… pero será pasajero, pues lo que sigue después de unos pasos más adelante, es el alivio.

No reprimir los sentimientos

Es duro y difícil, sobre todo si se tiene la tendencia a ser extremadamente reservado con los temas personales o se le tiene temor a la vulnerabilidad. Pero en definitiva, expresar nuestros sentimientos es el primer paso para regularlos… hablar de ello con los más cercanos o con ese mejor amigo o amiga, la familia o quizás algún terapeuta.

Y claro, será muy posible que la mente juegue la carta de: ¿de qué te sirve hablar de esto con otro si no te pueden solucionar la vida? … puede incluso que no se desee hablar con nadie sobre el tema con la idea de no preocuparles o porque se cree que si se trata de nuestras emociones es algo que debemos resolver solos.

Así que, si hay mucha resistencia para abrirse, puede ser bueno empezar un diario terapéutico. La famosa técnica del “Journaling” es de verdad muy útil cuando se trata de expresarnos y abrirnos a conectar con las emociones difíciles. De manera que practicar la escritura de forma habitual puede ayudar a canalizar las emociones de una forma saludable, a comprender mejor cómo nos sentimos, a conocernos mejor y a liberar la carga emocional que se lleva encima.

Practicar el autocuidado

Es importante reservar espacios para sí mismos, aprender a escuchar al cuerpo, cuáles son nuestras necesidades… desde las más básicas hasta las que pueden ser más complejas y de carácter emocional.

“Pasar tiempo con uno y prestar más atención es necesario si se quiere sanar”

Creo que todos hemos escuchado esa frase trillada que dice: “todos tenemos las respuestas dentro”.

Pues… ¡ES CIERTO! jajajaja… se los digo yo, que he dedicado una buena parte de mi vida buscando, investigando, experimentando, estudiando y probando todos los remedios, herramientas, técnicas y cualquier locura que se me ocurra jajaja. Al final todo funciona, pero nada es definitivo si no terminamos de entender lo que necesitamos.

El autocuidado o amor propio es la mejor inversión que podemos hacer en nosotros mismos, dedicando tiempo y espacio a cultivar la relación más importante de nuestra vida… la relación con uno mismo.

Permítete llorar

¿Hace cuánto no lo haces?… ¿hace cuánto te tragas esas emociones que te queman por dentro?

Llorar es una forma saludable de gestionar las emociones, canalizar el dolor y liberarlo en vez de acumularlo. Llorar no es una señal de debilidad; se trata de una reacción natural del cuerpo y prácticamente una necesidad natural. El problema de negarnos a fluir con ello es que se va creando una calcificación de esas aguas que no permitimos que corran, se van formando capas duras o lo que equivale a construir murallas y endurecer el corazón… Al cabo de un tiempo se deja incluso de sentir la felicidad o empatía.

Llorar es la respuesta natural al estimulo de emociones profundas que pueden ir desde la felicidad, hasta la compasión, el miedo o la pena. Es la forma que tiene el cuerpo para ayudarnos a liberar eso que sentimos y que nos rebalsa, es la válvula que evita que la presión nos lleve a la explosión o implosión.

Llorar nos recuerda que sentimos y que si sentimos estamos vivos… y eso es bueno.

Procurar no alterar los ritmos de sueño y vigilia

Ya sabemos que cuando se atraviesa por el dolor emocional, puede ser difícil conciliar el sueño. Sin embargo, en la medida de lo posible, no sumes más distractores a tu hora de descanso… respeta la hora de acostarte y de levantarte. No pases tiempo en tus dispositivos móviles antes de intentar ir a dormir, la luz que emiten estos aparatos programan a nuestro cerebro para estar en estado de vigilia más tiempo.

Si se te dificulta el hábito de descansar adecuadamente, podrías intentar con meditaciones de relajación antes de dormir. Crea un ambiente placentero y que se preste al descanso en tu entorno. Haz de tu habitación un santuario; utiliza aromas agradables y que favorezcan el descanso, baja las luces y evita comer demasiado o pesado antes de acostarte. Incluso puedes intentar con un baño relajante con agua tibia antes de disponerte a descansar. De la misma forma, evita levantarte muy tarde o dormir largas siestas durante el día…

Una de las funciones del sueño es regular la ansiedad y las emociones desagradables, así que no le restes importancia.

Cuidar de la alimentación e hidratación

Intenta que sea lo más saludable según tu necesidad. En lo personal, no creo en las dietas restrictivas, creo que no funcionan o al menos no a largo plazo… en realidad creo que el ser humano debería poder ser libre de comer de todo; carne, frutas, vegetales, semillas, grasas… Pero la clave es el equilibrio de nuestra alimentación, el gran problema en realidad son los excesos, el desequilibrio ocurre en el momento que omitimos ciertos alimentos y nos excedemos en otros y obviamente la cantidad de basura, azúcares añadidos y demás detallitos jajajaja

Creo fielmente que comemos detonados o estimulados por las emociones (pronto les comparto un post sobre esto, NO SE LO PIERDAN lo que me lleva de vuelta a puntualizar que la solución hacia una alimentación saludable en realidad está en el conectar y fluir adecuadamente con lo que sentimos, en vez de reprimir y que las emociones se apoderen de nosotros.

Si se tiende a una alimentación emocional, se suele utilizar la comida como estrategia para intentar regularse y estos alimentos pueden tener efectos calmantes a nivel cerebral, lo que nos lleva a ciclos viciosos (pero ya les comenté que sobre esto, les cuento en otro post).

En cuanto a la hidratación, hay mucho que decir… pero principalmente lo que he podido observar, es que la deshidratación es una característica muy habitual en quienes niegan sus emociones o procuran no tener un acercamiento saludable con las mismas. Si lo estudiamos desde la perspectiva espiritual o energéticamente hablando, el elemento agua tiene total relación con las emociones y es por la vía que más energía permitimos movilizar o por el contrario, bloquear.

Utilizar alarmas o alguna estrategia que nos ayude a recordar tomar agua en diferentes momentos del día, puede ser una herramienta útil que nos ayude a alcanzar la meta un día a la vez.

Practicar la autocompasión… se paciente y respeta tu proceso

Vigila los mensajes que te envías a ti mismo. ¿En que términos te tratas?, es muy importante recordar constantemente que la primera persona que debemos de cuidar es a nosotros mismos. Se trata de aprender a ser amables consigo mismos, a no juzgar nuestros sentimientos y en vez de ello aceptarlos para poder procesarlos y resolver lo que nos tiene estancados.

En esta parte del proceso, es importante no compararnos ni pretender que las cosas se resuelvan como a otros les funciona o como dicen que “debería de ser”. Cada persona es un universo diferente y requerirá de tiempos y formas distintas para afrontar y avanzar.

Respetar nuestro proceso es honrar nuestra esencia.

Y aclaremos algo… ser autocompasivo no quiere decir caer en el victimismo, lamer la herida o sentir lástima por uno mismo. Se trata de “RESPETO” y aprecio por uno mismo, sobre todo cuando solemos ser demasiado duros y exigentes con nosotros. La autocompasión implica actuar hacia nosotros mismos, de la misma manera que trataríamos a los demás, cuando estamos teniendo un momento difícil, cuando fallamos o notamos algo que no nos gusta de nosotros mismos.

Ánimo y motivación personal

¿Qué le dirías a la persona que más amas, si esta estuviera pasando por tu situación?… párate frente al espejo y dítelo a ti. Elévate el espíritu diariamente y realiza acciones que te inyecten energía para avanzar cada día… un día a la vez!

Automotivarse es darse a uno mismo las razones y el entusiasmo para provocar la acción necesaria hacia aquello que necesitamos.

En mi adolescencia fui cheerleader (sí ya sé… es super retro jajaja) y el entusiasmo que se requería para motivar al público a levantarse y aplaudir con euforia tenía que salir de cada poro de mi ser, en cada movimiento y expresión de mi cuerpo y rostro… no sólo se trataba de sonreír, sino de vivir el entusiasmo en sí mismo. Eso mismo es lo que intento transmitirme cuando se trata de apoyar cada uno de mis proyectos… recordándome que SOY MI PROYECTO MÁS IMPORTANTE y que puedo y debo creer en mí si quiero hacer magia.

Así que saca los pompones y conviértete en tu propi@ cheerleader.

Si lo necesitas, pide ayuda

Tus familiares y amigos siguen estando ahí, seguro que sus palabras pueden ser reconfortantes. Incluso considerar el apoyo profesional siempre es una buena opción.

Se trata también de ser humilde y reconocer que aveces no podemos solos y que aunque podamos, tampoco tenemos que hacerlo solos. Aveces un poco de compañía y apoyo son clave para avanzar en el proceso. Si bien cada proceso es algo personal y al final somos nosotros quienes debemos resolver nuestros asuntos… pero el pedir ayuda es bueno, sobre todo cuando topamos con la pared y no encontramos una vía alterna.

Hablar con otros puede ayudarnos a ampliar nuestro campo de visión y notar cosas que nos serán útiles para avanzar o simplemente el sentir que tenemos a alguien que nos acompaña, nos da ánimo y nos reconforta para continuar.

Lo más importante de todo es dar el paso y asumir nuestro bienestar, si tomamos la decisión el Universo comienza a alinearse y el proceso prácticamente garantiza el éxito como un hecho cumplido.

De corazón deseo que esta información te sea de utilidad y que logres resultados positivos.

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