Para la gran mayoría limpiar la casa es todo un problema que de solo pensarlo cansa, ¿pero debemos verlo como algo tedioso? Un cambio de actitud ante este tema puede llevarnos a un encuentro mágico. Te contaré mi experiencia…
Muchas culturas resaltan que la limpieza de los ambientes es de importancia por relacionarla con lo más profundo de nuestro ser: Nuestra Alma. Siempre me ha gustado estar en ambientes limpios y ordenados. En mi país tener una empleada que te ayuda con todos estos quehaceres es algo muy accesible. Por lo que es fácil solo dirigir la organización de la limpieza y disfrutar de una casa limpia. Por motivos familiares me ha tocado viajar mucho, y fuera del país no cuento con este recurso, así que me tocó estar del otro lado de la polaridad y hacer todo yo misma.
El ambiente que nos rodea está conectado con nosotros y refleja nuestra mente, cuando ese entorno está desordenado, nuestra mente también lo está. Mi esposo, cuando eramos novios siempre admiraba mi bolsa pues la mantenía ordenada y limpia. Alguien que no recuerdo quien fue en un momento me dijo: “Así como mantienes tu bolsa es un reflejo de tu mente”. Osea que si está limpia y ordenada, mi mente puede estar en paz y equilibrio. Nunca lo olvide.
Pues pasa lo mismo con los ambientes. Si entras a un espacio y lo ves ordenado y limpio invita a quedarse. En cambio, si lo encuentras caótico tendrás la reacción opuesta. Al mantener hermosa nuestra casa por ende nuestra mente estará muy clara y tranquila. Considero que no debemos dedicar mucho tiempo, ni hacer grandes esfuerzos para limpiar y ordenar si realmente nos organizamos y dividimos las tareas en diarias y las que pueden realizarse una vez o dos por semana.
Cuando limpias y ordenas tu casa, te concentras en el presente y eso te posiciona en el aquí y ahora. Esto es considerado una de las claves de la felicidad y del éxito en la vida y en el trabajo. Esto de limpiar y mejorar nuestra alma viene de una historia que relata que un día uno de los discípulos de Buda encontró el Nirvana mientras estaba barriendo y es que el ambiente que nos rodea está conectado con nosotros y refleja nuestra mente.
Recientemente, he encontrado el lado positivo de cada actividad doméstica. La música se ha convertido en mi mejor aliado. Lo que ha hecho la diferencia es que utilizo mis audífonos, y eso me ayuda a que la tarea que esté realizando la haga con gusto. El tiempo parece pasar más rápido, A veces lo que hago es escuchar algún podcast y aprovecho ese tiempo en el que estoy haciendo las camas, o poniendo la ropa en la lavadora a la secadora. Lavar los trastes es lo que menos me gusta, pero de esa forma el tiempo pasa volando. Mas si le doy play a mi playlist de Rock en Español. Y es que la música puede provocar una disociación del lugar donde estamos al lugar donde nos puede transportar. Es una especie de meditación activa. Y el efecto es agradable. pues no siento la pesadez que sentía al sentir la obligación de hacer algo que simplemente me disgusta.
Ahora entiendo que toda actividad doméstica tiene un significado espiritual. Cuando limpiamos y ordenamos y lo realizamos como un ejercicio de “atención consciente” (mindfulness), puede traernos importantes beneficios y convertirse en una terapia. Ya no lo veo como una carga. Me funciona mucho que si hay algo que no me gusta hacer le cambio el nombre a la actividad y esa reprogramación provoca en mí la aceptación de lo que no quiero realizar. Lo considero como un servicio. Por eso entiendo que limpiar no es una tarea, y lo veo como un acontecimiento positivo y un ejercicio de alivio a mi estrés, que me traerá increíbles beneficios.
Profesionales de la salud afirman que puede haber algo de relajante e incluso meditativo en realizar la limpieza doméstica.
“Según los expertos limpiar y ordenar funciona como una manera de hacer catarsis y también de deshacerse de cosas que uno siente que ya no necesita”.
La consultora Marie Kondo también nos explica en su libro “La magia del orden” que mantener la casa en orden influye directamente en nuestra felicidad y bienestar mental. La verdad es un libro increíble; ella divide por secciones como puede uno ordenar su casa. Hace cuatro años me cambié de casa y recién habían sacado en Netflix un programa con ella. Puse en práctica todos sus consejos y mi casa se mantiene muchísimo más ordenada. Puedo decir que se que es lo que tengo en cada gaveta de mi casa.
Efectivamente, la necesidad de limpiar y organizar nuestros entornos, responde a la necesidad de regeneración. Y realizar la limpieza de nuestro entorno se puede transformar en nuestro momento de meditación diaria o semanal.
Considero que al centrarme en el acto de ordenar, a veces guardo silencio, otras canto y últimamente me he estado prestando atención a lo que hago. Es así como he descubierto y experimentado que la limpieza de la casa se puede convertir y elevar en un ejercicio espiritual.
Con amor, Jennifer.
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