La Mujer y el Dolor…

Por: Stefanie Péláez

Hace unas semanas recibí la invitación para colaborar con un proyecto inspirado por mujeres y para mujeres, específicamente para tratar el tema del “dolor del ciclo menstrual”… ¡y definitivamente no dudé en aceptar!

Yo que he sido el Dr. Jekyll y el Sr. Hyde o como uno de mis hijos me apodó un día mientras yo atravesaba el SPM… “The Hulk”. Definitivamente he experimentado el dolor y no sólo a nivel físico sino todo lo que conlleva el dolor emocional e incluso energético que aveces no llegamos a entender del todo porque resulta tan abrumador que nos hace querer desconectarnos y esperar a que todo pase mientras nos sedamos, nos inducimos al sueño, nos administramos dosis altas de lo que sea que necesitemos para mitigar el dolor uterino, las piernas, la espalda y muchas veces ¡el corazón!

Lo que va de marzo, ha sido para mi, un momento para reflexionar mucho respecto al dolor que ha sido parte de mi vida… y quiero dedicar esta serie de posts que compartiré con ustedes (hombres y mujeres, femeninos y masculinos), especialmente a cada una de ustedes, mujeres, que seguramente como yo, se han sentido confundidas, heridas, incomprendidas, cansadas y hasta locas… pero también poderosas, hermosas, guerreras y dueñas del mundo jajaja, somos tan cambiantes y cíclicas como la Madre Luna nos ha tratado de explicar desde siempre. Así que acompáñenme, pónganse cómodas y espero que disfruten la lectura tanto como yo disfruto escribir en este espacio.

Como ya saben, quienes me leen desde hace un tiempo, aquí en Regreso al Origen me gusta ir al fondo, buscar la raíz… dejar de navegar por el sentido literal y guiándome por las enseñanzas de la Kabbalah, me pongo el tanque de oxigeno en la espalda y me dirijo a las profundidades… a bucear en aguas hondas y probablemente desconocidas.

Vamos a lo básico…

Exploremos los conceptos “Mujer y Dolor” desde la perspectiva espiritual…

Desde la perspectiva Kabbalística, los roles de mujer y hombre son más enfocados a la energía correspondiente al femenino y masculino, las polaridades negativa y positiva de una misma energía que las incluye de manera integrada siendo la polaridad negativa la que corresponde al femenino. ¿Pero que significa o que implica la energía femenina?

Continúo explicándolo desde el aspecto espiritual y bajo el enfoque kabbalístico que es mi fuerte…

Sabemos que la esencia de la energía femenina es la de “recibir para manifestar”, expresado en palabras simples es la facultad de dar a luz pero no sólo hijos, también ideas, proyectos, negocios, sensaciones, emociones e incluso REALIDADES…

Por ejemplo: En una dinámica de pareja, la energía masculina tiene la característica esencial de dar, proveer, planificar, idear; pero quien recibe esas ideas y las manifiesta en el mundo físico somos las mujeres… sin el ánimo de que suene feminista, porque la kabbalah no es ni machista ni feminista… se trata simplemente de un tema de sinergia de fuerzas, yin y yang, un polo positivo o alma masculina cuya energía es dar o proveer y un polo negativo o alma femenina cuya esencia es recibir y lo más importante, darle forma a aquello que recibe para gestarlo darle forma y manifestarlo como algo tangible.

En síntesis la energía femenina tiene la labor de crear aquello que forma parte de una realidad.

“Somos portales por donde la energía ingresa al mundo físico y toma su lugar por medio de la forma que le hemos dado”

En Kabbalah a esto se le denomina “vasija” que equivale a la energía femenina y que no es más que la consciencia interpretada como un recipiente que tiene la capacidad de contener Luz, la contiene para moldearla y darle forma… forma que se manifestará en el mundo físico.

Ahora bien… 

¿cómo pasamos las mujeres de ser una energía receptora a ser una energía de manifestación en el mundo?… o dicho en otras palabras ¿cómo me convierto en un canal o portal productivo para el mundo?

En realidad existen varias herramientas, pero quizás la más buscada por todos es la que tienen que ver con las relaciones de pareja, a través de las cuales encontramos el escenario perfecto para dar a Luz hijos, proyectos, lazos de amor, grupos, alegría, paz, conexión, vínculos, expansión… pero, sin duda, solo podemos dar a luz todo eso, es decir, sólo somos portales para traer todo eso al mundo, cuando estamos conscientes de que internamente tenemos también una conciencia negativa que evita que canalicemos nuestra energía de manera productiva y efectiva…

¿Cual es? 

Nuestro deseo de recibir solo para nosotras mismas o expresado en una sola palabra: EGOÍSMO… que viene del efecto que ejerce el EGO sobre el ser humano.

Dedicarnos excesivamente a concentrarnos en nosotras mismas exclusivamente a darle energía a esta atracción gravitacional del yo, yo y yo, es la semilla de todos los problemas… 

“Nos convierte en hoyos negros capaces de consumir todo a su paso”

Si nos enfocamos solamente en nuestras necesidades o en todo aquello que podemos tomar de una relación o de una situación, entonces estamos operando desde la perspectiva del vacío, del me falta, del lo necesito y me urge sin importar qué… y está claro que desde este lugar no podrás inspirar ni a ti ni a nadie, ni darte nada, ni construir nada… porque allí está la clave, el poder construir y proveernos desde nosotros mismos porque no podemos dar lo que no se tiene, es así de simple. De manera que tomar de otros o de algo, con hambre de “necesidad” , es el primer y más básico error que pronto nos lleva al círculo vicioso del vacío constante que nos hace buscar más y más e ir degradando nuestras capacidades hasta renunciar por completo al poder personal.

Una relación que nos permita recibir la energía de la pareja para manifestarla en el mundo requiere de dos personas que sean suficientemente maduras mental, emocional y espiritualmente para mantenerse independientemente cada uno por sus propios pies… sin querer comerse al otro o arrancarle pedazos al otro costal de saciar sus necesidades.

La primera pregunta que debes hacerte es ¿tengo ese nivel de madurez? , porque como dije anteriormente, no podemos dar lo que no tenemos y por si fuera sólo esto, atraemos lo que somos, de manera que si somos inmaduros eso es lo que atraeremos en los otros…

Pero regresando al punto específico del femenino…

¡Chicas! somos el molde que le da forma a la realidad, pero qué clase de forma le damos al mundo o al menos a nuestro mundo, si lo sienten demasiado grande cuando digo mundo jajaja… si no somos conscientes de lo que somos, de nuestra naturaleza espiritual y energética; si no somos capaces de asumir nuestra participación  de forma activa y hemos venido funcionando de forma reactiva, siendo efecto en vez de ser la causa… y así es como empezamos a experimentar el dolor.

Lo que me lleva al segundo tema a explorar en este post, el Dolor…

¿Qué es el dolor?

Físicamente, el dolor es una señal del sistema nervioso de que algo no anda bien. Es una sensación desagradable, como un pinchazo, hormigueo, picadura, ardor o molestia. El dolor puede ser agudo o sordo. Puede ser intermitente o ser constante. Puede sentirse de forma localizada en el cuerpo o puede sentirse de forma generalizado.

El dolor es una alarma de aviso que puede ayudar a diagnosticar un problema. Sin sentir dolor, podríamos lastimarnos gravemente sin saberlo o no darnos cuenta de que tenemos un problema médico que atender… 

Así que el dolor tiene una función importante, no es sólo una maldición como parece jajaja

Y como les dije antes, no nos vamos a quedar navegando en la superficie, así que respiremos profundo y sumerjámonos.

El dolor físico y el dolor a nivel emocional están íntimamente relacionados… porque todo está conectado y una cosa nos lleva a la otra. Pero para que el dolor se haga físico, es decir que tome esa forma y se manifieste en un dolor punzante en alguna zona del cuerpo, primero tuvo que pasar por su forma energética y tuvimos que llevarlo dentro durante algún tiempo para gestarlo hasta darle la forma en que se materializó…

Así que antes de ser dolor físico, surgió un dolor a nivel emocional y cualquiera puede interpretar la razón de su propio dolor o el de los demás según su criterio. Pero todos estamos de acuerdo en que el dolor nos hace pensar sobre su causa y propósito, que desde el punto de vista de la Kabbalah es uno y el mismo.

La Kabbalah nos dice que sólo hay una razón de todo el dolor… la razón es:

“para que nos preguntemos cuál es su significado”

Y cuando iniciamos a cuestionarnos de esa manera, quiere decir que estamos buscando la puerta de entrada a la espiritualidad… podemos utilizar estas interrogantes para elevarnos de nuestro nivel de existencia terrenal, donde se encuentran escondidas las causas, hasta un nivel de existencia superior, donde la razón del sufrimiento es revelada. Tales preguntas acerca del origen del dolor, el propósito del sufrimiento y el sentido de la vida nos conducen al mundo de las respuestas, es decir el mundo espiritual.

Vayamos más hondo…

Según la Kabbalah, dependiendo del grado de crecimiento del deseo de recibir, un cuerpo desarrolla dentro de sí sistemas únicos que se preocupan por su bienestar y salud. En un nivel particular, junto con los otros sistemas del cuerpo, se desarrolla el sistema nervioso que es el sistema que nos provee de la capacidad de sentir dolor nivel físico, pero no sólo funciona para el cuerpo material, este sistema esta conectado a la parte etérica transfiriendo información a la que nosotros interpretamos y le damos forma…

Así que el dolor es como un escudo, el dolor nos protege. Sin dolor, no sentiría que mi mano está cerca del fuego y que puedo quemarme, de manera que presto atención y me coloco a una distancia segura del fuego para seguir disfrutando de sus beneficios pero de forma adecuada. Esto me lleva a explicar lo siguiente:

Los medicamentos que consumimos para aliviar el dolor son, de hecho, contrarios a la naturaleza. Claro está si hacemos uso de ello con la simple idea de ¡callar el dolor y deshacernos de él sin comprenderlo!

Es como querer ignorar la señal y claramente es lo que hemos estado haciendo una y otra vez, lo que da como resultado algo peor… ¡MÁS DOLOR!

El dolor se desarrolla en diversos niveles. A veces, es difícil separar el dolor físico, corporal y mental, el dolor del pasado, del presente o del futuro, mi dolor y el dolor de alguien que amo u odio. Aquí, de repente empezamos a salir de nuestros cuerpos y a participar en la sensación de dolor colectivo, porque podemos hacerlo… podemos sentir dolor por aquella otra mujer que se revuelca en su lecho mientras pasa por el ciclo menstrual, por ejemplo…

Esta emoción contiene una gran cantidad de información, como una descarga eléctrica a través de la cual es posible transmitir grandes cantidades de datos. El dolor y el sufrimiento que sentimos es relevante para que quienes se conecten con él y entiendan su origen. 

En realidad el dolor es más relevante para un estado en la mente, que una sensación fisiológica como tal, lo que abordaremos con mayor profundidad en el siguiente post

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