El Cuenco Tibetano…

Por: Stefanie Peláez

Una de las primeras herramientas que conocí en mi búsqueda por sentirme mejor conmigo misma, fue el trabajo con los chakras, que a su vez me presentó la hermosa y sencilla pero muy útil técnica del «cuenco tibetano».

A raíz de la extensión del movimiento New Age y sus terapias alternativas asociadas, concretamente la llamada sonoterapia o musicoterapia, que utiliza cuencos como «vehículo de sanación», esta técnica ha crecido mucho en popularidad y en la actualidad son frecuentemente empleados fuera de los ritos ancestrales tradicionales, pues es bien sabido y comprobado que que sus propiedades sos compatibles con muchas otras técnicas y prácticas. 

Les cuento algunas generalidades…

El cuenco tibetano es un artefacto de metal con forma de tazón que suena similar a una campana. Generalmente están fabricados por una aleación de metales. Sus lados y el borde vibran al ser golpeados o al recorrer su borde con un mazo o baqueta. Han sido usados en Asia en el budismo para meditación e inducción al trance y relajación.

Los cuencos han sido históricamente fabricados en el Tíbet, Nepal, India, Bután, China, Japón y Korea.

Como les contaba, el cuenco fue una de las primeras técnicas que aprendí a utilizar y su aplicación me acompañó con el trabajo de chakras. Cuando se trata de nuestros centros de poder estamos hablando de vibraciones y así como en el Universo, cada átomo está en permanente vibración y produce ritmo y movimiento. Estas frecuencias se pueden ver a menudo distorsionadas, resultando discordantes o negativa y es entonces cuando los cuencos aparecen como poderosas herramientas para aportar armonía y buena energía.

Las vibraciones de los cuencos recorren la columna vertebral proporcionando múltiples beneficios principalmente en el sistema nervioso y limpiando la energía del organismo.

Pero los cuencos tibetanos también son unos instrumentos muy utilizados en la meditación y el mindfulness porque funciona como una poderosa herramienta de relajación mental que ejerce una fuerte influencia de armonía en cuerpo y mente, generando una gran sensación de paz y bienestar.

Otra manera de emplearlos, es cuando queremos mejorar las energías en el ambiente, en nuestro hogar, lugar de trabajo, etc. Con ellos se puede limpiar las vibraciones de energía negativa de un lugar o una persona y transformarlas en positivas, son un elemento fundamental al momento de terminar de armonizar un espacio.

En el caso de una persona, cuando se encuentra en desequilibrio, al principio el sonido del cuenco le provocará molestia o incomodidad en determinados lugares del cuerpo o sobre todo su ser y a medida que esas energías se van armonizando por medio de la vibración que emite su sonido, la sensación de bienestar se hace presente.

Existe una amplia variedad de cuencos, en tamaños, diseños y tipos de metales, pero para que el cuenco sea verdaderamente bueno debe estar fabricado de siete metales y la calidad del sonido será determinada por su grosor, que es lo que le da la resonancia del zumbido; mientras que las vibraciones son producto de su profundidad.

Sobre los siete metales…

ORO: trabaja directo sobre el chakra 7; representa el Sol y la fuente máxima de energía yang.

PLATA: corresponde al chakra 6 y representa la Luna, la fuente máxima de energía ying. 

Estos dos metales nos da el equilibrio perfecto del yin y yang.

MERCURIO: para el chakra 5, y su correspondencia es con el planeta Mercurio.

COBRE: corresponde al chakra 4 y representa a Venus.

HIERRO: chakra 3, representa a Marte.

ESTAÑO: conectando al chakra 2 y representa a Júpiter.

PLOMO: para el chakra 1 y representa a Saturno.

La proporción de cada uno de los metales en la fabricación de los cuencos es un secreto celosamente guardado.

Tocando el cuenco…

Existen dos formas de tocar los cuencos tibetanos: batido y percusión.

La percusión es un golpe que se efectúa en el borde exterior del cuenco y el batido es friccionar el borde con la baqueta hasta que el cuenco comienza a emitir un sonido. No todos los cuencos permiten el batido, pero todos admiten la percusión.

Lo primero para realizar una armonización es quitarse todo tipo de joyas, relojes o accesorios metálicos que puedan interferir en las ondas de los cuencos, seguido de hacer sonar el cuenco en el espacio o sobre la persona. Si el cuenco se detiene por frotarlo, se vuelve a golpear suavemente tres veces para comenzar a escuchar nuevamente su armonía suave y limpiadora, recorriendo con el mazo en forma suave toda la circunferencia del cuenco.

¿Qué beneficios aportan los cuencos tibetanos?

Los cuencos proporcionan importantes beneficios mediante su sonido y vibración:

  • Armonizan el sistema cardíaco y nervioso.
  • Estimulan el ánimo.
  • Equilibran los dos hemisferios del cerebro.
  • Además de su belleza, el sonido tiene efecto curativo.
  • Armonizan la energía del cuerpo.
  • Son muy beneficiosos cuando existe algún bloqueo emocional.
  • Limpian el lugar de malas vibraciones y energías negativas.
  • Relajan la mente.
  • Proporcionan sensación de bienestar.
  • Ayudan a meditar.
  • Generan un estado que es beneficioso para la salud general, elevando las defensas del organismo.
  • Su uso es muy útil en casos de ansiedad.
  • Impulsan el crecimiento espiritual.
  • Elevan las endorfinas al tiempo que reducen la conocida como “hormona del estrés”, es decir, el cortisol.

Así que ahora ya lo sabes, puede que te resulte útil empezar a usar tu cuenco con más frecuencia o adquirir uno para aprovechar sus beneficios.

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