(Bemidbar/ Números 19:1 – 22:1)
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La palabra Jukat significa “leyes, ética y decretos”.
Desde una perspectiva kabbalística, sabemos que la Torah no se trata de leyes y acciones que “tenemos” que hacer, la Torah consiste en la Ley Universal de Causa y Efecto y al tener entendimiento de esto, surge un recordatorio muy importante por parte de la Torah:
“Nunca debemos hacer una acción sin saber porqué la estamos haciendo y a quién afectamos con ella”.
Cuando estudiamos la Torah, la cual nos enseña acerca de nuestra propia vida, debemos siempre aplicar sus lecciones a fin de conocer las razones detrás de todas nuestras acciones. De este modo, entenderemos nuestros propios impulsos e influencias kármicas, así como nuestro propio proceso de tikún (corrección).
Esta parashá abre con la famosa historia de “Las cenizas de la vaca roja”, es famosa porque su significado es un misterio de la Torah debido a que su lectura literal no tiene mucho sentido. También encontramos la historia del famoso evento en el que Moshé golpea la roca y más adelante podemos leer sobre la muerte de Míriam y Aharón y luego podemos leer acerca de los israelitas quejándose de nuevo. En respuesta a esto se desata una plaga de serpientes, pero Moshé construye para ellos la famosa serpiente de cobre, que luego se convierte en el símbolo internacional de la medicina.
Todo lo anterior nos deja muy claro que esta parashá es una vacuna metafísica contra males y enfermedades.
La porción de Jukat inicia con una explicación acerca de cómo los impuros deben ser purificados con las cenizas de una vaca roja.
Y cuando hablamos de energías puras e impuras, no estamos hablando de dogmas o cosas extrañas que contaminan la enegía. Los términos, puro e impuro, son muy profundos, pues son códigos del Zohar que se refieren a que: lo puro es lo altruista y lo impuro es lo egoísta.
Muchos estudiosos se preguntan acerca de la conexión del ritual de la vaca roja. Un sorprendente número de ellos concluye que, sencillamente, no tenemos que entender lo que se dice y solamente tomarlo con obediencia porque esta escrito en la Torah como que se tratara de un mandamiento divino. En otras palabras, están diciendo que lo único que tenemos que hacer es seguir los deseos del Creador sin hacer ninguna pregunta.
No obstante, en términos kabbalísticos, no entender lo que se dice aquí contradice todas las enseñanzas que conocemos por parte de la kabbalah, en donde cuestionar y buscar entender es la base de todo.
Para comprender mejor eso, tomemos en cuenta que:
Dios le reveló a Moisés el secreto de la “Para Duma” (la vaca roja), y una vez que este conocimiento fue revelado queda en la “nube” y cualquier otra persona puede acceder a él… sólo se requiere de llegar lo suficientemente alto como para tocar la nube en donde esta este conocimiento.
Según la Torah, la vaca roja tiene el poder de anular y neutralizar los efectos del pecado de idolatrar al becerro de oro, el cual fue la introducción de la muerte. Hoy en día, todavía idolatramos “becerros de oro” en forma de adicciones y deseos que nos apartan de la Luz.
De manera que al conectar con esta sección, no estamos leyendo acerca de algo que ocurrió hace muchos años; en realidad se nos otorga el poder de eliminar la muerte de cualquier clase en nuestra vida, ya sea muerte física, muerte emocional en nuestras relaciones o muerte psicológica manifestada como conflictos internos y dolor emocional; y así reemplazarla con la fuerza de vida del Creador.
La Torah, narra que el pueblo era purificado con las cenizas de la “vaca roja”, pero la persona que realizaba la ceremonia se contaminaba en el proceso. Esto nos enseña una lección básica en la Kabbalah: que nos recuerda que cuando alguien cree que está purificado, es probable que no lo esté; y cuando alguien crea que no está purificado, tal vez sí lo esté.
Para purificarnos, es necesario hacer “sacrificios” personales por y para nosotros mismos. Cualquier acción de resistencia y restricción (sacrificar el ego) puede limpiarnos de la energía de muerte.
Una hierba medicinal llamada “hisopo” se mezclaba con las cenizas de la vaca roja con el fin de purificar.
Y así comprendemos que esta lectura nos da la oportunidad de conectar con el poder sanador de todas las hierbas…
Sobre esto el Zóhar nos dice:
No hay pasto o hierba que crece en la tierra en el cual no esté manifiesta mucha sabiduría y gran poder. Ven y observa esto del hisopo, porque cuando el Santísimo, bendito sea Él, desea que los hombres se purifiquen, lo tienen que hacer por medio del hisopo. ¿Cuál es la razón? Despertar ese poder Arriba que está designado abajo, porque el designado extermina el Espíritu de la Impureza y la persona contaminada es limpiada.
Por otra parte, la Torah nos cuenta que cuando los israelitas estuvieron en el desierto, eran seguidos por un pozo que les proporcionaba agua. Este milagro se debía al mérito de Míriam, puesto que cuando ella murió, el pozo se secó. El hecho de que se le suministrara agua a todo Israel a través de una persona nos demuestra el poder que tenemos como individuos y cuán importante es que cada uno de nosotros alcance su propio potencial.
A menudo no alcanzamos nuestro potencial ya sea porque no hemos realizado suficientes acciones dadoras o nuestras acciones negativas egoístas han anulado a las positivas.
Esta sección nos proporciona fortaleza interior para ser orientados y actuar según nuestra naturaleza positiva; entonces, al igual que Míriam, se nos podrá permitir traer agua para quitar la sed de otros.
Hasta aquí podemos ver que el poder de esta porción de la Torah, se refiere a purificación, sanación, sustento de algunas de nuestras necesidades básicas, como es tomar agua o más elevadas, saciar nuestra sed de conocimiento para llegar al entendimiento, que es lo que realmente nos sustenta y nos resguarda!
Pero en nuestra negatividad e ignorancia, confundimos las cosas y por ello es que seguimos en la búsqueda de la Tierra Prometida, por ello seguimos vagando por el desierto intentando sobrevivir. Y en un intento de hacerlo, conozcamos los códigos de esta lección…
“El misterio de la Vaca Roja”
Para comprender los códigos una de las reglas del estudio de la Torah es dirigirnos al SOD (secreto) es decir, dirigirnos a la profundidad del mensaje en donde las palabras obvias no son la vía.
Entonces veamos un poco más profundo…
Sin duda la vaca roja está asociada al becerro de oro. Primero que nada tomemos en cuenta que uno es una “vaca” y el otro es un “becerro”; esto quiere decir que la vaca es un estado mayor que el becerro, porque es la vaca la que le da vida al becerro, es la madre del becerro.
Y eso nos lleva a hablar sobre el “Mazal” que se trata de la “buena fortuna” de una persona, algunos lo llaman “suerte”; pero desde la Kabbalah sabemos que procede del idioma hebreo mazzāl que significa “constelación” o “destino”; esto nos lleva a la Astrología Kabbaística. Y cuando el Talmud dice que nosotros no estamos sujetos al mazal, significa que:
“no estamos limitados a nuestro destino; sino que nuestras acciones determinan nuestra fortuna”
Y el Zóhar es muy específico al indicarnos que para acceder al mazal hay que estar en el lugar correcto, en el momento correcto y hacer lo correcto.
¿Y a dónde vamos con esto del mazal y la vaca roja?
La Astrología Kabbalística nos dice que el mazal de la salud por excelencia se encuentra ligado al mes de Tauro, signo íntimamente ligado al elemento Tierra.
Tauro = la Vaca/ Tierra = roja
En hebreo la vaca Roja se llama “Para Duma” y la raíz de esta palabra se encuentra en “Adama” que quiere decir tierra y también tiene las mismas letras que “Dam” que quiere decir sangre. Lo que el código nos dice con todo esto es que con esta energía, nuestra sangre experimenta un cambio, pues nuestro cuerpo es elemento Tierra. La sangre es el vehículo del nivel néfesh del alma, es decir que esto de la vaca roja involucra a nuestras emociones animales ¿Cuál de todas?… aquella que se asocia al color rojo.
“La ira y la vergüenza”
¿Qué sucede cuando enfurecemos?, ¿cuando algo nos avergüenza?, nuestra cara se pone roja porque hay un proceso de encendido del elemento fuego en nuestra sangre y ésta sube como termómetro hacia nuestra cabeza.
Tauro nos conecta con las energías primigeneas de la Tierra, en donde conectamos con los poderes de la naturaleza para sanarnos, pero más allá de ello, hacer un cambio de consciencia.
La Torah y El Zóhar nos dice:
Que el sacrificio convertía a la vaca roja en cenizas y mezclado con agua e hisopo, se purificaba a alguien que había estado en contacto con un cadáver, alguien que se había impurificado porque se había acercado a la muerte.
Esto se refiere a cualquier cosa que termina, que muere, que llega a su cierre y que nos mueve emocionalmente, pues la muerte llega a los distintos aspectos de nuestra vida, por ejemplo un divorcio es un estado de muerte, un fracaso financiero es un estado de muerte, una decepción de amistad es un estado de muerte, etc.
Ya sabemos que este ritual de purificación se refiere a la eliminación de la ira y vergüenza de nuestro sistema. Y cuando hablamos de mezclar las cenizas con “agua” hablamos de una limpieza emocional!
“La vaca roja es entonces un proceso de evolución, de transformación de emociones instintivas en emociones superiores“
Esta es la energía de la semana, lo que recibiremos es un antídoto contra la ira, contra el miedo, contra las mascaras del ego o todo lo que constituye impureza al origen de las enfermedades.
Como mencioné antes, otra historia que destaca en esta parashá es la de la serpiente de cobre, veamos de qué trata esto…
La Torah nos cuenta que los hebreos se quejaban y una plaga de serpientes vinieron a atacarlos, entonces Moshé fabricó una serpiente de bronce y el que la miraba a los ojos se sanaba.
Ahora abordemos nuevamente la sabiduría de la Astrología Kabbalística y conectemos con la consciencia del mes de Cáncer/ Tamuz en vigencia, que se trata de un mes en el año en el que la semilla de la enfermedad se encuentra a flor de piel, pero también es bien sabido que “en el veneno se encuentra el antídoto”.
Esto nos indica que este es un mes en el que tenemos la tendencia a quejarnos de todo lo que nos pasa, una característica muy marcada de los nativos del signo de Cáncer. Nos vemos como las víctimas de las circunstancia y nuestra insatisfacción es canalizada a través de la queja.
Pero los sabios nos enseñan que el secreto aquí está en saber que la queja es como un virus de computadora, impide su correcto funcionamiento, nos bloquea acceso, nuestros archivos se contaminan, etc. La queja es una enfermedad que nos bloquea el éxito, pues toma toda nuestra emoción y pensamiento para cerrarnos el camino de descenso de la luz, la queja es muerte por eso aparece en la misma parashá en donde encontramos el ritual de purificación de la vaca roja y el uso de la serpiente de cobre para sanar.
En esta historia de la serpiente de cobre tenemos el principio de la vacuna y también de la medicina homeopática.
De hecho el término vacuna nace de una vaca pues Luis Pasteur rindió homenaje a un médico Inglés que descubrió que los ordeñadoras de vaca no se contagiaban de viruela. Al parecer, estas profesionales, al estar en contacto directo con las vacas, solían infectarse del virus de la viruela vacuna, un tipo de viruela similar a la humana que parecía proporcionarles cierta inmunidad a contraer esta última, aún en pleno auge de esta devastadora enfermedad por Europa.
¿Es acaso coincidencia que la vacuna nace de una vaca y en la Torah se nos habla de la vaca roja como el antídoto de la muerte? para nada. Esto solo nos muestra la tecnología de la Torah y la antigüedad de la misma.
¿Qué significa entonces el hecho de ver a los ojos de la serpiente de cobre se curaban de sus enfermedades?
Para nada se refiere al sentido literal, en el que un artefacto de cobre con forma de serpiente tenía el poder de sanar, vayamos al Sod y observemos con mayor profundidad… Se trata de que cuando nos enfermamos, necesitamos y debemos darle la cara a la enfermedad, mirarla a los ojos para buscar el origen y enfrentar la enfermedad con coraje y no como víctimas. La enfermedad es un síntoma de algo emocional y mental dañado, es un síntoma de este espíritu primigenio desequilibrado de caos con el que nacemos, por eso se grafica como la serpiente.
Esta serpiente tiene a su vez una conexión directa con nuestro sistema de chakras, el cual sabemos bien, que en su desequilibrio se afectan nuestras glándulas endócrinas que segregan hormonas (mensajeros químicos) en el torrente sanguíneo que hacen llegar el mensaje de buen o mal funcionamiento a nuestros órganos. En el desequilibrio de nuestro sistema de chakras es en donde se comienzan a manifestar los padecimientos y enfermedades, pero para que éste se corrompa todo se origina en el aspecto emocional y nuestra falta de control sobre ello.

en esta lección, la Torah también nos recuerda que en términos de medicina aún hay mucho más por descubrir, integrando el poder de la consciencia, las plantas, las emociones, etc., hasta que alcancemos la inmortalidad física, pues cualquier enfermedad que manifiesta el cuerpo se origina en una enfermedad espiritual, que se refiere a la inmadurez de la mente y las emociones, así como la desconexión entre ambas.
La Tefa.-