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El Pueblo de Israel está en el desierto a punto de entrar a Canaán, la tierra prometida. Pero antes Moshé, por indicación del Creador, envía a 12 hombres, representantes se cada tribu, como espías, en una misión de reconocimiento y exploración de la tierra. Al cabo de 40 días los espías vuelven con noticias poco alentadoras. Dicen que la tierra es mala, infértil, con habitantes gigantes y que no se podrá conquistar. Solo 2 de ellos (Kaleb y Yoshuah) dicen que la tierra es buena, fértil y con grandes frutos.
El pueblo, asustado, le cree a los espías pesimistas e inician de nuevo con los recamos y quejas, del por qué pasar por todo ese esfuerzo en el desierto en vez de buscar la forma de regresar a Egipto.
Y aquí aparece la primera revelación de esta lección! Pues a raíz de esta actitud pesimista, por parte del pueblo, que no era era más que una clara señal de que aún eran esclavos, no lograron, ninguno de ellos, en esa generación que salió de Egipto entrar a la tierra de Canaán. En cambio pasaron 40 años en el desierto (un año por cada día de expedición por parte de los espías). El motivo por el que se extendió la estadía en el desierto, fue con la intención que durante ese periodo se diera el tiempo suficiente para que naciera una nueva generación libre de espíritu que estuviera emocionalmente preparada para entrar a la tierra de Canaán.
La pregunta es: Realmente se logró? o seremos nosotros en la época actual los que recibamos la oportunidad de finalmente entrar a la Tierra Prometida?!
Veamos los códigos de esta parashá..
Los 10 espías alarmistas describen a los habitantes de Canaán como gigantes en comparación a ellos mismos:
…”Y nos vimos ante nuestros ojos como langostas, y así fuimos vistos por ellos”
Una clara actitud de inferioridad personal que se proyecta hacia afuera. Los 10 espías estaban tan asustados e inseguros en su misión que fueron vistos por los demás bajo, como insignificantes langostas, pero esto solo quiere decir que en realidad lo que los demás ven de nosotros es lo que decidimos proyectarles, aquello que tenemos por dentro y eso depende exclusivamente de nosotros.
Otro código…
Moshé envía a un grupo de 12 hombres a explorar Canáan, la futura Eretz -Tierra de Israel. OJO, aún no se habla de Israel como la Tierra Prometida, y a aquí la Kabbalah nos explica que Canáan debia convertirse en la Tierra Prometida con el ingreso del pueblo en ella.
El vocablo Canáan posse similar raíz gramatical que el verbo lehajnía cuyo significado es doblegar, derrotar, vencer. Mientras que el término eretz-tierra nos indica la voluntad y el deseo (trabajamos la tierra para que nos dé su fruto).
Y así es como se explica que no se trata de un punto físico marcado en el mapa, sino de un estado de consciencia que implica tener el valor, la voluntad y el deseo de vencer a la mente esclava, liberarnos del control que ejerce el EGO sobre nuestra vida; es en el momento que nos permitimos emprender la lucha hacia tal liberación, que accedemos a La Tierra Prometida y conectamos con el estado de consciencia de Israel!
Recordemos que:
Israel es un nombre hebreo (ישׂראל, Yisra’el o Yiśrā’ēl) cuyo significado es:
“El que lucha con Dios”
Fue el nombre dado al patriarca bíblico Jacob, por el ángel, que en realidad era su propio EGO, con el cual luchó camino de Betel según el relato bíblico (Génesis 32: 22-28).
En la tierra de Cnáan vivían 7 naciones que practicaban el sacrificio humano y todo tipo de abominaciones. El pueblo de Israel tuvo que doblegarlas y así Canáan se transformaría en la Tierra de Israel, Tierra que El Creador le había prometido a Avraham, su hijo Yitzják y posteriormente al nieto de Avraham Yaakov.
Aquí nuevamente vemos otro código, pues no fue hasta la tercera generación, con Yaakov que esta promesa se llevó a cabo cuando, después de su lucha personal se convierte el Yisrael y este estado de consciencia pasa a ser herencia de las 12 tribus.
Las 7 naciones que habitaban Canáan, a las que se refiere el relato, representan 7 medidas del deseo manifestadas en forma egoísta, las cuales impiden que nuestro altruismo (atributo de Israel) se manifieste. Como contraparte se menciona en la parashá anterior a los 70 ancianos que fueron parte del senedrín de Moshé. 70 hombres con la capacidad de asesorar y guiar al pueblo completo hacia la elevación de consciencia necesaria para lograr la liberación de consciencia requerida…
“Pero la negatividad y el egoísmo era tan grande que ni con la ayuda de Moshé y los 70 ancianos se logró”
La Kabbalah nos enseña que estas 7 fuerzas son un gran reto que requerimos superar, El Séfer Yetsiráh nos explica que existen 7 influencias astrales (Sol, Mercurio, Venus, Luna, Marte, Saturno y Júpiter), 7 días de la semana que responden a los planetas mencionados y a su vez se conectan a nuestro cuerpo físico a través de los 7 orificios de la cabeza (2 ojos, 2 oídos, 2 fosas nasales y boca). Todas estas claves conforman las coordenadas tiempo-espacio a través de las cuales nuestro deseo se expresa.
De manera que el desafío humano consiste en neutralizar las influencias negativas, representadas por estas 7 naciones o fuerzas interiores y así permitir crear el espacio para que nuestro deseo se manifieste de forma constructiva en vez de que sea de manera egoísta.
Más códigos…
Los 12 exploradores que Moshé envía a la tierra de Canáan representan 12 formas de discernimiento temporal-espacial que nuestro corazón adopta para “conocer” (unir el saber con el entender), estas 12 formas de discernimiento que operan sobre el tiempo y el espacio se refieren a los 12 meses del año que transmiten la energía de sus 12 signos zodiacales regentes a los cuales corresponden las 12 tribus de Israel.
Cada día y a cada instante estamos expuestos a diferentes impresiones mentales, emocionales, visuales, auditivas, etc. que inciden poderosamente sobre nuestro deseo. La mayoría de las personas asimilan casi automáticamente la información que reciben sin efectuar ningún tipo de evaluación. Solamente a través de un sistema educativo que nos enseñe a direccionar conscientemente nuestro discernimiento en pos del BIEN solucionaremos correctamente los dilemas en forma civilizada.
Es entonces, que a partir de allí podremos comenzar el trabajo de doblegar a estos 7 pueblos que habitan en nuestro interior y neutralizan nuestro potencial. Vencer estas fuerzas es a lo que se le llama: ·
“Salir de la Influencia Astal”
Esta parashá es muy nutritiva y entre otras cosas nos aporta la energía para corregir nuestra percepción de la vida. Aquí encontramos una palabra clave: “explorar” que en hebreo también es sinónimo de turismo. El primer código que el Zohar nos da sobre esto, es que venimos a esta vida a explorarla. ¿Qué significa esto?
La exploración está asociada a lo desconocido, a la aventura y con ello llega la excitación de descubrir algo nuevo. Cuando exploramos un camino es porque nunca lo hemos visitado antes, explorar y descubrir son sinónimos. Es como cuando vamos de vacaciones a un país por primera vez y estamos súper emocionados.
“El Zohar nos dice que es de esa manera como debemos encarar la vida y el día a día”
Pero ¿qué es lo que hacemos nosotros?…
caminamos todos los días por el mismo camino, uno que ya está descubierto y es seguro, a esto en Kabbalah se le llama “comodidad”. Lo cierto es que al caminar por allí, ya sabemos a donde vamos a llegar y así, con toda seguridad no llegamos a la Tierra Prometida. Es necesario entender y tener muy claro que la tierra prometida no tiene nada que ver con el país Canaan bíblico, ni con Israel , la Tierra Prometida es el estado de consciencia con el que se despierta el inicio de la verdadera vida en nosotros!
Sobre esto, El Zohar nos explica que podemos tener dos tipos de consciencia para explorar nuestra vida, o la consciencia de los 10 espías o la consciencia de Kaleb y Yoshuah.
¿Qué significa esto?
Un espía es una persona que observa, escucha y que obtiene información para transmitirla a quien le interese el sujeto espiado. En general un espía entrega información a cambio de un beneficio personal. No olvidemos que Dios indicó específicamente, que los exploradores tenían que ser la cabeza de cada tribu, la persona más importante del grupo.
Porque un líder, pierde su libre albedrío, la persona que decide postularse como líder es la representación de la consciencia de todo el grupo a nivel energético, es decir que vibra en la frecuencia del colectivo del grupo que lidera.
Esto es igual para los empresarios, para los países, para las religiones, etc. Así que parece injusto pensar que estos 10 espías condenaran a 600 mil personas a vagar por el desierto durante 40 años; pero la actitud de estos líderes solo expresaba de la consciencia que tenía el pueblo, y por resonancia de forma, ellos no tenían la vibración para accesar a esta tierra de abundancia o estado de consciencia.
Veamos esto con mayor profundidad para lograr ver más códigos…
Moisés da ciertas instrucciones a los espías, textualmente les dice: “id por allí hacia el sur y subid la montaña, Y ved como es la tierra y como son quienes la habitan, si son fuertes o débiles, si la tierra es buena o mala, ¿hay árbol?”.
Moshé ya sabía que este pueblo estaba en la consciencia dual del árbol del conocimiento del bien y del mal, cada vez que en la Torah vemos una referencia al bien y al mal, se está refiriendo a la antítesis del Árbol de la Vida. Moshé pregunta, ¿Hay Árbol?…
“Los sabios nos explican que esta exploración era una prueba”
Dice el Zohar que Moshé necesitaba saber si esta gente, el pueblo, podía encontrar en esa tierra el Árbol de la Vida, porque no podemos accesar a la Tierra Prometida desde el árbol de la dualidad. En cada cosa que vivimos tenemos la posibilidad de encontrar al árbol del conocimiento o al Árbol de la Vida, nuestro objetivo es encontrar ese Árbol de la Vida en nuestro trabajo, en nuestra pareja, en nuestros amigos, en nuestra economía, en nuestra salud, etc. Este árbol de la consciencia de lo bueno y de lo malo, es lo que separa a las emociones del intelecto, es lo que corta la conexión entre ambas dimensiones.
¿En qué parte de nuestro cuerpo se encuentra?
En el cuello afectando directamente a la garganta, a las cuerdas vocales y nuestra palabra. La Tora nos dice que los espías hablaron Lashón Hara, hablaron mal de la Tierra Prometida, inventaron mentiras, agrandaron las cosas, hablaron con intensiones egoístas.
Muchas veces en nuestra vida pensamos algo pero hacemos exactamente lo contrario, porque para llegar a la acción, la energía pasa antes por las emociones y si no hay coherencia entre ellas y el pensamiento, entonces nuestras acciones van en dirección opuesta a nuestros pensamientos, lo cual nos deja vagando en un desierto de incertidumbre y de caos.
Los 10 espías fueron egoístas, se dejaron invadir por la duda y reaccionaron ante ella. Empezaron a llenarse de ideas sobre que al entrar a la tierra de Israel, ellos perderían su comodidad y su estatus de Reyes, porque en la Tierra Prometida todos son reyes, por lo tanto ellos entraron en pánico, se nubló su visión y comenzaron a buscar los defectos que justificaran evitar la entrada.
La Torah nos dice que los espías vieron gigantes terroríficos en la tierra de Canáan, esa es la manera como vemos a los obstáculos que confrontamos cuando emprendemos un proyecto, Kaleb y Yosef también vieron gigantes, pero ellos sabían que estos se podían vencer y aún más importante y por encima de todo estaba la promesa de Dios acerca de que esa era la tierra (estado de consciencia) destinada para ellos.
En general el miedo es lo que está al mando de nuestras vidas, así que ser fuerte o débil depende de que tanto poder tenga el miedo sobre nosotros. De manera que se considera débil a una persona que este bajo el yugo del miedo. Por miedo hacemos tonterías, por miedo herimos a los otros y nos herimos a nosotros mismos, por miedo perdemos oportunidades de progreso, por miedo no cambiamos…
Mientras que una persona fuerte es alguien que ha conquistado diferentes tipos de fuerzas y puede proyectar su visión por encima de lo que es temido por el colectivo. Solo las personas fuertes son capaces de crear una diferencia en el mundo, porque mientras somos ovejas y vamos a donde se dirige el rebaño, le entregamos nuestro poder a las condiciones externas y ajenas, y lo que es grave en eso es que la suma de la fuerza del rebaño tiene tal poder que es verdaderamente difícil oponerse a ello!!! Y esta es la razón por la que la mayoría que esta en la ignorancia y el miedo, tiende a ganar y a proyectar la realidad caótica que todos experimentamos.
la Torah se nos explica que de 12 hombres enviados, 2 vieron la realidad del Árbol de la Vida en la Tierra Prometida, pero ellos no fueron escuchados por la mayoría. La gente del pueblo lloró y se quejó porque estaban bajo la influencia de las fuerzas astrales que gobernaban en ese momento el cosmos… Una ventana cósmica conocida como el 9 de Av, ventana que ocurre cada noveno día del mes de Leo. En aquella ocasión el ego triunfó sobre los hebreos que salieron de Egipto, por lo cual esa generación no fue apta para entrar a la tierra prometida. Pero este evento se repite cíclicamente, se repite como un loop del que no podemos salir, hasta que las cosas se hagan de una forma diferente.
Aún cuando el pueblo había sido liberado de su esclavitud, ellos añoraban los momentos de esclavitud en Egipto, no habían sido capaces de cortar los lazos emocionales y esa añoranza creó la fisura que no permitió que sus vasijas fueran capaces de contener la Luz de la verdadera libertad.
Hemos visto en lecciones anteriores que la esclavitud de Egipto representa el entregar nuestra voluntad a los placeres corporales, permitiendo que estos gobiernen nuestra vida. El placer corporal, por naturaleza, es más fuerte que la consciencia, entonces cuando una persona se enferma por complacer al cuerpo, indica que ha llegado al punto en que dejó de escuchar la voz que le muestra el camino hacia la salud, porque cuando intentaba dejar su adicción placentera, la añoranza por repetir y sentir de nuevo la descarga de placer le inclinaba a regresar al estado de esclavitud.
El placer no es nada malo, OJO con eso!, lo malo es que nos domine la vida y que a través de ello nos hagamos daño o le hagamos daño a otros.
Y así terminamos esta lección.
Stefanie.-