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El poder del Lado Negativo está en convencernos de que lo sabemos todo. El Lado Negativo quiere que actuemos como una persona enferma a la que el médico le prescribe una medicina, pero decide no tomarla porque ella cree saber más. Hay muchas personas en el mundo que se comportan de esa manera. No escuchan a su médico, a su abogado o a cualquiera que esté allí para guiarle en algún proceso.
“Ese es el poder que el ego tiene sobre algunos”
Tan sólo tenemos que observar las historias que narra la Torah… los israelitas habían sido testigos de las plagas, la división del Mar Rojo y la entrega del maná en el desierto; sin embargo, constantemente desconfiaban de Moshé y se rebelaban contra él. La razón para que actuaran de esta forma era debido a que cuando tenían la opción entre escuchar y elegir seguir las indicaciones de Moshé, “quien hablaba en nombre de Dios”, y seguir el impulso de se Deseo de Recibir Solamente para Sí Mismos, ellos siempre encontraban algo mal en Moshé y por lo tanto, nunca hacían algo que terminara frustrando su Deseo de Recibir.
Y la verdad es que incluso en la actualidad, siempre podemos encontrar algo “malo” en cualquiera, si observamos lo suficiente.
El Lado Negativo siempre nos da razones para racionalizar nuestras decisiones una vez que hemos tomado una decisión egoísta en nuestro corazón. Aquel que sólo ve a sí mismo, siempre encontrará algo que “no anda bien” con los demás y de esta manera se excusa para no escuchar o tomar en cuenta lo que sea que tengan que decir los otros, sin importar que esta persona sea un experto en la materia o la persona más importante en nuestra vida.
Behaalotjá nos enseña algo además del importante hecho de que siempre debemos escuchar al Creador, pues cualquier cosa que hagamos sólo puede manifestarse gracias a la Luz del Creador. Con la ayuda de la Luz, cualquier cosa que deseemos se manifestará. Sin la Luz, somos como una computadora poderoso que tiene teclado, monitor y mucha memoria, pero no tiene electricidad. Sin energía, la computadora no funcionará.
“Sin la Luz del Creador, no podemos hacer nada”
Otra enseñanza en esta lección, se refiere al “Trabajo Espiritual” y el hecho de que muchas veces, si no es que la mayoría del tiempo, estamos sumidos en una serie de ocupaciones y “obligaciones importantes” que debemos cumplir y que tienen prioridad sobre nuestro trabajo espiritual. A menudo simplemente aceptamos el hecho de que no hemos hecho nuestro trabajo; tal vez incluso nos alivia que tengamos una “buena excusa” para no hacerlo. Cuando esto ocurre, el problema no es tanto el trabajo que hemos dejado a un lado, sino cómo nos sentimos después al respecto, pues siempre habrá una sensación de que algo falta…
Necesitamos recordar que nunca estamos exentos del trabajo espiritual; probablemente hay veces en las que algo evita que hagamos lo que tenemos que hacer, pero bajo ningún concepto deberíamos estar felices cuando hemos perdido una oportunidad de revelar Luz.
Recordemos que si realmente buscamos una forma de hacer nuestro trabajo espiritual, la Luz del Creador siempre nos ayudará a encontrarla; mientras que si siempre buscamos la manera de evitar dicho trabajo, cada vez será más difícil hallar el camino hacia la conexión con la Luz, los distractores y las excusas abundarán hasta que perdamos por completo el enlace.
La Torah enseña que cualquiera que desee estar más cerca de la Luz del Creador, lo estará; pero no cerca en términos físicos, sino por afinidad de vibración. Y de la misma forma serán en el caso de nuestras relaciones con los demás; si estamos cansados de estar lejos de las demás personas, si queremos dejar de construir murallas a nuestro alrededor para mantener a la gente afuera, esta porción nos da el poder de abrirnos a la Luz y a los demás.
“Cuando dejamos de buscar excusas para evitar nuestro trabajo espiritual, podremos demoler las murallas que hemos construido entre nosotros y la Luz, y entre nosotros y las demás personas”
El significado más profundo que podemos aprender en nuestra propia vida es que, cuando queremos conectarnos a la Fuerza de Luz, nos adherimos y nos conectamos con el Universo Perfecto.
No estamos familiarizados con ello, pues el caos gobierna cada aspecto de la realidad física, en realidad no hay nada en el plano físico que no tenga que ver con la fuerza del caos. No existe nada que no sea afectado por el caos de cualquier tipo: muerte, deterioro, debilidad, enfermedad, etc… Los vehículos se descomponen al igual que los seres vivos (animales, plantas, etc.) enferman, los proyectos pierden fuerza así como nosotros sentimos cansancio, las relaciones terminan al igual que todo en la naturaleza muere.
¿Cómo eliminamos el caos (la limitación, finales, enfermedades…) en la realidad física?, la respuesta es: “a través de la UNIDAD”.
Esta lección también nos habla sobre las causas que llevamos a cabo para los efectos en el futuro…
Siempre estamos sembrando semillas para el futuro: la próxima semana, el próximo año, la próxima generación. Aunque mientras hagamos estas cosas tal vez pensemos que estamos perdiendo el tiempo, estamos sembrando semillas que podrían producir dulces y hermosos frutos algún día. Por ello debemos ser conscientes de aquello que hacemos, pues de nuestras acciones dependerá el tipo de fruto que cosecharemos y que incluso otros cosecharán por nuestra causa.
De igual manera, esta sección nos ayuda a entender que estar en una posición de poder no necesariamente nos da derechos o privilegios; primero se requiere un proceso de dedicación y disposición. No tenemos un derecho inherente de recibir algo sin pasar por el proceso de ganárnoslo por cuenta propia.
Y esto nos lleva a hablar sobre el dar y recibir…
Constantemente creamos filtros por medio de nuestras acciones dadoras. Cuando compartimos con los demás, cuando nos ocupamos de otros verdadera y sinceramente, creamos filtros que podemos usar como protección en cualquier situación negativa que atente contra nosotros.
Nuestra vida es afectada por las acciones que realizamos en un pasado cercano o incluso en una vida pasada. Esto a veces puede hacernos difícil el cumplimiento de ciertas tareas, dado que no sólo estamos afrontando nuestra corrección en esta vida, sino también nuestra corrección acumulada de vidas pasadas.
En la narración del viaje por el desierto, se dice que el pueblo se movilizaba durante el día, siguiendo como guía a una nube que además les proporcionaba sombra. En nuestra vida actual no tenemos una nube que nos sirva de guía, ni que nos proporcione dicha sobra y a menudo en realidad no tenemos liderazgo de ningún tipo en lo absoluto.
Esa nube se refiere a:
La Shejiná = Binah = Entendimiento
Son nuestros mensajes internos, los susurros suaves que recibimos diariamente y a los cuales no siempre escuchamos… El entendimiento del Alma.
En su lugar, somos atraídos por el fuerte ruido que nos aleja de estos susurros suaves, los cuales son la voz de la Luz guiándonos, la Luz divina que habita en nosotros.
Cuando no prestamos atención a esa voz en nuestro interior, llevamos a cabo actos o tomamos desiciones que tienden a traer consecuencias dañinas a nuestra vida, afectándonos muchas veces, de forma severa… pero no solo nos afecta a nosotros; nuestras acciones son como una onda expansiva y el Zóhar nos explica sobre esto:
Todos nacimos bajo la energía regente de un “Signo Zodiacal”, cuando sembramos una semilla, no solamente la sembramos para cosechar frutos para nosotros mismos. El impacto que nuestras semillas tienen abarcan mucho más de lo que imaginamos. Nuestras acciones tienen consecuencias en varios niveles, empezando porque nos afectan directamente a nosotros, luego afectan a las personas que comparten el alma con nosotros. después afectan a todos los que tienen el mismo signo que nosotros y finalmente, afectan a toda la humanidad.
“Cuanto más cercanas sean las personas a nosotros, mayor efecto tenemos en ellos”
La lección de Behaalotjá, nos cuenta que Moshé invitó a su suegro, Yitró, a que fuera “sus ojos”. Yitró no era israelita, y por eso parece extraño que hubiese sido escogido para cumplir esta función tan importante. Pero más aún llama la atención el por qué una persona tan elevada como Moshé, necesitaba ayuda…
La lección que nos deja esto se trata de lo siguiente:
Siempre pasa que las personas dentro de una situación problemática, tienen problemas para ver con claridad. A diferencia de aquellos que que se encuentran fuera de dicha situación.
Moshé había llegado a un punto en el que estaba completamente sobrecargado, así que organizó un “Sanhedrín” = Corte, a fin de de poder delegar algunas de sus responsabilidades.
Él aún era el líder del pueblo, pero el Sanhedrín lo asistía en la labor. De manera que se asignaron 70 personas para esta corte, una por cada “nación” y cada persona era responsable de enviar Luz a una nación en específico.
Esto se refiere a un gran Sod (secreto) dentro de esta parashá…
Las 70 naciones que se mencionan, se tratan de los fragmentos originales en los que se dividió el Alma Primordial después de la caída (el momento en el que Adam y Haavá comieron del fruto prohibido), la vasija se divide en 70 trozos y el número 70 hace alusión al nivel espiritual elevado de 7 grandes fragmentos que se corresponden con las 7 Sefirot que componen el Zeir Anpín (las Sefirot emocionales). Cada una de estas Sefirot representan 7 grandes grupos almáticos que con su trabajo en el mundo físico aportan Luz a la Sefirá a la que pertenecen a nivel de raíz, a través de sus acciones reparadoras en este mundo.
Las quejas…
El pueblo comenzó a quejarse del alimento, estaban aburridos del maná. Esto era increíble, tomando en cuenta toda la protección que acababan de recibir y los milagros de los cuales habían sido testigos.
En Egipto habían comido gratuitamente, a pesar de que tenían muchas dificultades en Egipto, no tenían ninguna responsabilidad. Esto nos recuerda que muchas personas prefieren pasar por gran estrés y caos en vez de asumir la responsabilidad de sus acciones, pero si verdaderamente queremos escapar del caos, necesitamos asumir la responsabilidad de recaudar nuestro propio alimento espiritual.
Así que ellos se quejaban porque no tenían carne… y un viento sopló y trajo un gran número de codornices al campamento. Las personas con el mayor deseo de “carne” comenzaron a comer primero pero, dado que fueron egoístas, murieron!
“Fueron sus propios antojos y deseos egoístas los que en realidad los mataron”
Esto nos enseña que con frecuencia, el problema no es lo que hacemos, sino lo que queremos hacer…
Si un hombre casado desea a otra mujer que no es su esposa, esto es tan espiritualmente dañino como si en realidad hubiese estado con la mujer. Esto es peor que una situación en la que una persona comete un error que ni siquiera ha contemplado, pues si la mente ya está 99% ocupada en el pensamiento de un deseo egoísta y dañino (para uno mismo y para otros) entonces es seguro que la persona caiga; a menos que se ocupe de buscar para recibir la ayuda de la Luz.
Sobre la calumnia y el mal de lengua…
Aharón y Míriam (hermanos de Moshé) comenzaron a calumniar a Moshé por la esposa que había escogido, Zipora hija de Yetró. Esto es muy difícil de entender para porque Moshé era hermano de Aharón y Míriam, y es de suponer que las personas más cercanas a nosotros y sobre todo de la misma sangre, serían incapaces de hacernos daño. Pero la Torah expresa algo distinto, pues son aquellos que más cercanos a nosotros son, quienes más daño pueden causarnos!, pero así mismo es el nivel de la consecuencia.
Míriam fue prontamente castigada con lepra debido a su habla maliciosa. Ella estuvo en cuarentena para que no esparciera su lepra, pero ella no era físicamente contagiosa; más bien, era espiritualmente contagiosa.
Aquí se resalta un gran aprendizaje: Cuando una persona habla lashón hará (habla maliciosa/ mal de lengua), afecta a tres personas: la persona que habla, la persona de quien habla y la persona que escucha.De manera que si escuchamos a alguien hacer lashón hará, debemos siempre alejarnos; poniéndonos de este modo en cuarentena del mal.
Y así termina esta porción de la Torah, para continuar la próxima semana.