Libro Vayikrá/ Levítico 9:1 – 11:47
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Este capitulo narra la historia de la muerte de los dos primeros hijos de Aharón, Nadav y Avihú, una historia que tiene similitudes en el carácter de su enseñanza con la historia de Yosef cuando fue vendido como esclavo por sus hermanos…
Cuando Yosef/ José fue vendido como esclavo en Egipto por sus hermanos, ellos confesaron su culpa ante su padre Yakov/ Jacob. Sin embargo, en principio no entendían realmente la profunda iniquidad de lo que habían hecho. Tanto la Torah y el Zóhar nos cuenta que los hermanos de Yosef no entendían la gravedad del terrible error que habían cometido; ellos pensaban que no había nada grave en lo que habían hecho pues veían que la Luz (prosperidad, abundancia, salud, etc.) continuaban en sus vidas a pesar de sus malas acciones.
La Kabbalah nos explica que a pesar de que les tomó 22 años reconocer su falla, finalmente llegó un momento en el que los hermanos de Yosef entendieron claramente el error que habían cometido. Pero incluso cuando comenzaron a sentir el dolor físico del hambre y la carencia durante la época de la gran hambruna, ellos todavía no se daban cuenta de cómo su transgresión podría haber causado tal devastación.
“Cualquier forma de sufrimiento, ya sea físico o emocional, es un mecanismo para despertarnos ante la necesidad de examinar nuestra vida y corregir los desajustes”
De la misma forma que la historia de Yosef y sus hermanos nos trae esa clase de reflexión, así mismo nos lo recuerda esta parashá con la muerte de los hijos de Aharón.
Cuando Aharón supo acerca de la muerte de sus hijos, se quedó en silencio. Él sabía que sus muertes habían ocurrido debido a la participación de Aharón en la creación del Becerro de Oro. Pues fue él quien había reunido el oro del pueblo y lo había transformado en un becerro, y con esta acción además de hacer uso de los códigos arameos que tenía en su poder, transfirió su Luz espiritual “SU ENERGÍA” al becerro, para que pudiera cobrar vida.
El Zóhar al respecto, nos dice:
Aharón tenía que ser purificado más, porque si no hubiese sido por él, el becerro podía no haber sido hecho. Pero con su creación, los hijos de Yisrael fueron contaminados…
Cuando algo doloroso ocurre en nuestra vida, inmediatamente solemos preguntarnos: ¿Por qué a mi?, ¿Qué he hecho para merecer esto? ¿Por qué Dios permite que esto me pase?, etc.
Las personas justas como Aharón entienden la verdad. Puede que tome un largo período de reflexión, como ocurrió en el caso de los hermanos de Yosef que tardaron 22 años, pero ellos finalmente se abrieron a la verdad y fueron capaces de “entender el error que habían cometido y mejor aún, el por qué habían actuado de la forma que lo habían hecho”
“Eso les permitió arrancar de raíz el defecto, corregirse, enmendar y finalmente evolucionar”
Para poder evolucionar necesitamos alcanzar cierto nivel de consciencia y solamente lo alcanzamos cuando logramos reconocer nuestros actos, pero más importante aún, entender el por qué de nuestros actos.
El nombre de esta parashá es “Sheminí” que significa “el octavo”. El número ocho nos conecta con la Sefirá de Binah que es la octava sefirá. El número ocho también es el valor numérico de la palabra aramea “brit” que significa “circuncisión”, la cual tiene la conexión espiritual directa con Binah, una conexión espiritual que fue el pacto realizado entre Avraham y El Creador, que traducido a nuestra vida se trata de una acción consciente a modo de acuerdo que todo hombre requiere hacer consigo mismo y la Luz para conectar con el entendimiento en su vida!
De manera que Sheminí es equivalente a Entendimiento.
La conexión con Binah = Entendimiento, nos ayuda a interiorizar e integrar la información que absorbemos constantemente durante el día y a convertirla en un conocimiento que es “entendido” con nuestro “corazón” y no sólo con nuestra cabeza, pues es cuando comprendemos con el corazón que el entendimiento es completamente parte de nosotros enlazando la razón con la emoción activamos el sentimiento más elevado.
Esta es la clase de entendimiento que necesitamos alcanzar para poder conectar con la Luz y ayudar a los demás a hacer lo mismo.
Respecto al pacto de la circuncisión, brevemente comento:
El Zóhar explica su relación con la monogamia, que resulta ser un estilo de vida que elige el hombre como un compromiso personal y de compromiso con la Luz para alcanzar el entendimiento, pero a su vez el pacto requiere entendimiento pleno del mismo… entendimiento que se expresa a través de las historias de los patriarcas y que logró ser respetado y manifestado por medio del patriarca Yitzjak y con su ejemplo Avraham le siguió, teniendo como resultado acceso a Tíferet abriéndole paso al patriarca Jacob.
Retomando el tema de los hijos de Aharon…
Nadav y Avihú, hijos mayores de Aharón el Cohen HaGadol/ Sumo Sacerdote, fueron consumidos por el fuego del lugar sagrado; ellos eran tsadikim y se estaban preparando para seguir los pasos de su padre. La lección aquí es que no importa lo que esté en riesgo, debemos hacer lo correcto, hacer lo correcto incluso si la vida depende de ello.
“Para hacer lo correcto es necesario recordar que lo bueno es bueno aunque nadie lo haga y lo malo es malo aunque todos lo hagan”
El problema de la humanidad, en su mayoría, es que siempre se preocupa por las opiniones, por encajar, por “no quedarse atrás”, por ser parte del grupo y sentir la pertenencia a costa de sacrificar los buenos atributos; lo cual limita nuestras acciones y evita que hagamos las cosas en las que realmente creemos, por miedo a quedar mal ante el resto y no pertenecer por ser diferentes!
Vivimos en una sociedad en donde los buenos tienen fama de ser débiles, estar fuera de moda e incluso ser tontos, pero nadie se detiene a reconocer que ser “bueno” requiere mucho valor y fortaleza para enfrentar la presión de grupo.
La humanidad representa la vasija y la naturaleza de la vasija es el deseo de recibir. El deseo en si no es negativo, es lo que hacemos con él cuando lo usamos para complacer nuestro egoísmo.
El mes de Aries, el primer signo del Zodiaco, controla todos los signos del Zodiaco. La constelación de Aries corresponde al mes de Nisán y es durante este mes que se puede activar fácilmente nuestro deseo de recibir para sí mismo, por lo que no es casual que sea justo en este mes en el que conectemos con esta lección que además es la lección que marca el punto medio justo de toda la Torah, lo que también nos hace referencia al equilibrio que logramos cuando ponemos en práctica lo aprendido en esta parashá.
El motivo de la muerte de Nadav y Avihú…
La Torah dice:
Los hijos de Aharón, Nadav y Avihú, tomaron sus respectivos incensarios, pusieron fuego en ellos y añadieron incienso; y “ofrecieron fuego desautorizado, un fuego extraño” delante del Creador…
A pesar de que ellos estaban entre las almas más elevadas de la nación, aún podían ser afectados por el Satán, lo que demuestra que indiferentemente de nuestro nivel espiritual siempre somos vulnerables a nuestro oponente. Los hijos de Aharón pensaron que como la Luz había entrado a este mundo, significaba que la humanidad había alcanzado la masa crítica necesaria para vencer al Satán para siempre y bajo esta creencia asumida bajaron la guardia.
¿Qué fue lo que ocurrió según los códigos de la Kabbalah?
La normativa para encender el fuego del Lugar Santísimo del Templo, era la siguiente:
- Tomar un animal y ofrecerlo en sacrificio quemado.
- Con las brazas del animal encender el incienso a ofrendar en el lugar sagrado.
Pero habían reglas importantes a seguir antes de lo anterior… que indicaban que al Lugar Santísimo en el Templo, solamente podían ingresar dos personas, el Cohen HaGadol una vez al año y Moshé en cualquier momento. Además también había que tomar en cuenta que aquel hombre que ingresara a este espacio sagrado, tenía que estar complementado por su alma gemela.
Los hechos narran, por una parte, que tanto Nadav y Avihú eran hombre justos y de almas muy elevadas, pero ninguno era el Cohen HaGadol y eran solteros. Y por otra parte también nos indican que no habían hecho el sacrificio previo necesario para obtener las brazas adecuadas para encender el fuego en el que se quemaría el incienso.
En las lecciones anteriores hemos visto que el tema de los sacrificios animales no se refiere a ese tipo de sacrificio literal! sino se trata de sacrificar nuestros aspectos negativos necesarios para poder hacer espacio en nosotros y dar cabida a la consciencia elevada y por consecuencia poder soportar el poder de la Luz en nuestra vida.
Nadav y Avihú no habían realizado sus ajusten necesarios y el choque con el poder de la Luz fue tal que cayeron muertos al momento de exponerse a ella directamente y sin previa preparación y entendimiento.
A eso es a lo que se refire la Torah con “fuego extraño”…
Los hijos de Aharon aún no estaban capacitados para soportar tal potencia, no tenían las vasijas adecuadas.
La Torah también nos cuenta que a pesar de la muerte de sus hijos, Aharón sin importar el luto, debía continuar realizando su trabajo como Cohen HaGadol; lo que nos enseña que no importa cuán desalentados estemos, no debemos olvidar nuestro trabajo espiritual y realizar las conexiones que requerimos para elevar nuestra vibración!
“Esto se refiere a buscar mantener el equilibrio y no permitir que las emociones nos hagan perder la vibración adecuada”
Como le ocurrió a Yakov cuando supo de la falsa muerte de Yosef en la historia de Bereshit/ Génesis.
Recordemos que la Columna Central “El equilibrio”, nos ayuda a reactivar nuestro sistema inmunológico (físico y espiritual) en áreas donde lo hemos desactivado o nos ayuda a prevenir el que podamos perderlo.
Y en relación al equilibrio, esta parashá nos enseña también el conocimiento de las “kashrut” los alimentos aptos para consumo. Aquí se nos explica que la razón espiritual por la cual algunos alimentos pueden ser consumidos o no está completamente ralasionada con la reencarnación… Cuando las almas reencarnan como animales aptos para ser comidos, su propósito para ese tiempo de vida es elevarse al ser servidos como alimento para las personas; pero si las almas son reencarnadas en animales que no son aptos para alimento, están destinadas a ser elevadas de otra forma y eso dependerá de la función de cada animal.
Dado que la comida es el combustible empleado para realizar acciones, necesitamos ser conscientes de que mucho dependerá del alimento que consumamos, el tipo de acciones. Aquí cabe recalcar que también se incluye el tipo de alimento espiritual y energético (todo lo que dejamos entrar a nuestro sistema y cerebro).
“Esto nos ayuda a mantener un estado de consciencia elevado”
Así aprendemos que las Vasijas espirituales pueden contaminarse a través de acciones negativas, consumiendo alimentos de baja vibración, entre otras cosas… Todas nuestras acciones crean entidades positivas, de las cuales podemos obtener gran beneficio o entidades negativas, las cuales nos hacen sufrir daños físicos o espirituales.
Otro aspecto y no menos importante, tiene que ver con el contacto con “cadáveres” o “Vasijas vacías” y por eso la Torah indica el evitar contacto con el cuerpo de un fallecido, que traducido a los códigos de Kabbalah se refiere a “INDIVIDUOS COMPLETAMENTE EGOÍSTAS”, es a esa clase de seres humanos a los que se refiere la Torah cuando dice “cadáver” ; los seres humanos que son negativos y egoístas a tal nivel que no pueden pensar en nada más que su beneficio personal. Este nivel de vacío en las personas es tan fuerte y magnético como un “hoyo negro”.
Debemos recordar entonces que tenemos una gran responsabilidad con la Luz que habita en nuestro interior, la Luz del Creador y que esto implica tener límites sanos, no por separación o desprecio, sino por expresar amor a todos a través de resguardar nuestra Luz y aportar iluminación al Mundo.
De esta manera terminamos la lección de hoy, no sin antes desearles que toda esta información sea de utilidad y provecho para cada uno de ustedes.
Stefanie.-